El día 27 de mayo, fue hecho público el doble nombramiento de D. Aurelio, sacerdote del presbiterio de nuestra Diócesis, a la misma hora en Roma y en Valladolid. Su Santidad el Papa Francisco lo había nombrado obispo titular de Rotdon y Subsecretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. También se hicieron públicos en la misma comunicación el nombramiento del Prefecto de la Congregación y el Secretario. El prefecto Mons. A. Roche había estudiado varios años en el Colegio de los ingleses de nuestra ciudad.
Ante todo, en nombre propio, del presbiterio y de la Diócesis quiero felicitar cordialmente a D. Aurelio. Estos nombramientos manifiestan el reconocimiento de la preparación, experiencia en la gestión y competencia en todo lo relacionado con la teología, historia, pastoral y espiritualidad de la Liturgia. El conocimiento preciso, la sensibilidad pastoral, el trato respetuoso y atento con los Obispos que visitan la Congregación han sido avalados con esta designación; por otra parte, desde hace tiempo se viene ponderando la aptitud para recibir la ordenación episcopal. Ambos nombramientos se refuerzan mutuamente: El saber en el campo de la Liturgia es ayuda inestimable para la dimensión pastoral del ministerio episcopal y de la Iglesia en conjunto.
Cuando hace varios años, en concreto el año 2015, pidió el Prefecto de la Congregación para el Culto Divino que le fuera permitido a D. Aurelio ser incorporado a la misma, a tiempo completo, siendo entonces Rector del Seminario, fue tanto para él como para mí una petición difícil de responder. ¿Puede la Diócesis prescindir de D. Aurelio como Rector del Seminario, en la situación actual? ¿Podemos negarnos a una solicitud, formulada por parte de la Congregación de Roma? En varios diálogos D. Aurelio y un servidor llegamos a la conclusión de que debíamos mirar, más allá de nuestras necesidades, al servicio de la Iglesia católica. A los dos nos costó consentir a la solicitud, pero ambos quedamos serenos. A la distancia de los años transcurridos, a mí no me resulta difícil reconocer que la providencia de Dios estaba en acción, aunque el tiempo, el modo y el lugar hayan sido poco a poco conocidos. Mi convicción personal es que Dios dirige nuestra historia con sentido dentro de sus designios y caminos.
- Aurelio recibe el título episcopal de Rotdon, que es una diócesis situada en el Ampurdán; hace tiempo desapareció como tal diócesis, pero la memoria no se ha cancelado. El actual obispo de Astorga llevó anteriormente el título de Rotdon. D. Aurelio es designado obispo titular, es decir, recibirá la plenitud del sacramento del orden, sumo sacerdocio y cumbre del ministerio sagrado; pero no recibirá el servicio episcopal de una Diócesis en concreto. Cuando el padre jesuita Jorge M. Bergoglio, hoy Papa Francisco, fue ordenado obispo auxiliar de la Diócesis de Buenos Aires, recibió el título episcopal de Auca, que es una localidad en la provincia de Burgos, cerca de Montes de Oca, en la carretera de Burgos a Santo Domingo de la Calzada. Yo, hizo treinta y tres años el día 29 de mayo, al ser ordenado obispo auxiliar de Santiago de Compostela recibí el título de Germa en Galacia, actualmente en la región de Ankara.
- Aurelio ha desarrollado en nuestra Diócesis diversos servicios pastorales: Párroco en Villalba de los Alcores y La Mudarra; director espiritual del Seminario Mayor Diocesano los años 1995-2000. Ha sido Delegado de Liturgia de la Archidiócesis; presidió la unidad pastoral formada por las parroquias del Santísimo Salvador y de Santiago Apóstol. Conoce la vida pastoral y parroquial. Nada de lo experimentado y vivido quedará sin influjo en la etapa que ahora se abre para D. Aurelio.
Ha frecuentado, en el itinerario de su formación, diversas instituciones universitarias. Ha dejado en él una huella profunda por el rigor de la investigación y por la paciente elaboración de la tesis para el doctorado el Pontificio Instituto Litúrgico Anselmianum de Roma. Es el gran centro de investigación y docencia Litúrgica en Roma. Su tesis doctoral de 450 páginas, titulada “Presbíteros en cada Iglesia” (Hch 14,23) sobre la plegaria de ordenación del presbítero en el Rito Bizantino-Griego y en el Rito Romano (Roma 2011) respalda su ciencia y también su sabiduría litúrgica. Además, ha publicado otros libros sobre el tema del ministerio presbiteral.
La ordenación episcopal tendrá lugar el domingo, día 11 de julio, a las seis de la tarde, en nuestra catedral. En conversación nos ha parecido oportuno a los interlocutores que ese día, a esa hora y en la catedral de su Diócesis de origen, y a la que continúa perteneciendo D. Aurelio. Los presbíteros pueden participar después de las celebraciones dominicales; y pocos se verán difilcutados para participar por motivos laborales. Será, Dios mediante, una fiesta de la fe en que compartiremos el gozo y la esperanza. Es una coincidencia, que podemos calificar de feliz, el que el mismo día 11 de julio celebra la Iglesia la memoria de San Benito abad, autor de una Regla monástica, difundida por todas partes, que le ha merecido ser llamado “Patriarca de los monjes de Occidente”. La vida de D. Aurelio ha estado próxima a los benedictinos hace años como estudiante y ahora como profesor en San Anselmo en Roma; comparte la actitud vital que une “ora et labora” oración y trabajo; personalmente y ahora como responsable en la Congregación desea que “nada se anteponga al Servicio de Dios”, según San Benito.
Expresamos nuevamente nuestra cordial felicitación a D. Aurelio al tiempo que confiamos a Dios su persona y servicio cualificado. El doble nombramiento es para nosotros motivo de gratitud al Papa Francisco. Nos vemos dignificados como Diócesis y alentados en la comunión y obediencia.
+ Card. Ricardo Blázquez
Arzobispo de Madrid