Debido a la emergencia sanitaria, el Pontífice ha decidido realizar un acto de devoción privada en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción.
«El próximo 8 de diciembre el papa Francisco cumplirá un acto de devoción privada, confiando a la Virgen la ciudad de Roma, sus habitantes y los numerosos enfermos de todas partes del mundo». Lo informa en un comunicado la Oficina de Prensa Vaticana, explicando que «la elección de no ir por la tarde a la Plaza de España para el tradicional acto de veneración de la Inmaculada Concepción se debe a la continua situación de emergencia sanitaria y con el fin de evitar cualquier riesgo de contagio causado por las reuniones masivas».