Estas Bienaventuranzas, que Jesús predicó y que hoy resuenan en la liturgia son el camino de la santidad, precisó el Pontífice, refiriéndose en particular a dos de ellas, la segunda y la tercera, ambas que “comienzan aquí abajo” y se cumplirán en Cristo.
«Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados»
“Parecen palabras contradictorias, afirma el Papa, porque el llanto no es un signo de alegría y felicidad. Motivos de llanto y de sufrimiento son la muerte, la enfermedad, las adversidades morales, el pecado y los errores: simplemente la vida cotidiana, frágil, débil y marcada por las dificultades. Una vida a veces herida y probada por la ingratitud y la incomprensión”.
Francisco explica que Jesús proclama bienaventurados a los que lloran por estas situaciones y, a pesar de todo, confían en el Señor y se ponen a su sombra. Y precisa:
No son indiferentes ni tampoco endurecen sus corazones en el dolor, sino que esperan con paciencia en el consuelo de Dios. Y ese consuelo lo experimentan ya en esta vida.
«Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra»
“La mansedumbre es característica de Jesús” recuerda el Obispo de Roma, explicando a continuación las características de quien posee esta virtud:
Mansos son aquellos que tienen dominio de si, que dejan sitio al otro, que lo escuchan y lo respetan en su forma de vivir, en sus necesidades y en sus demandas. No pretenden someterlo ni menospreciarlo, no quieren sobresalir y dominarlo todo, ni imponer sus ideas e intereses en detrimento de los demás.
Son personas que la mentalidad mundana no aprecia, explica el Papa, pero que “son preciosas a los ojos de Dios, que les da en herencia la tierra prometida, es decir, la vida eterna”.
Escuchar, respetar, no agredir
Francisco recuerda además el momento mundial actual «donde hay tanta agresividad». También en la vida cotidiana, afirma, «lo primero que sale de nosotros es la agresión, la defensa». Y exhorta:
Tenemos necesidad de mansedumbre para seguir adelante en el camino de la santidad. Escuchar, respetar y no agredir: mansedumbre.
Los santos eligen confiarse al Señor e ir contracorriente
El Sucesor de Pedro describe finalmente el camino evangélico que han seguido Santos y Beatos y asegura que “elegir la pureza, la mansedumbre y la misericordia; elegir confiarse al Señor en la pobreza de espíritu y en la aflicción; esforzarse por la justicia y la paz, significa ir a contracorriente de la mentalidad de este mundo, de la cultura de la posesión, de la diversión sin sentido, de la arrogancia hacia los más débiles”.
Finalmente, el Obispo de Roma dirige su pensamiento a la Virgen María, Reina de todos los Santos, pero sobre todo Madre “que enseña a cada uno a acoger y seguir a su Hijo” para que “nos ayude a alimentar el deseo de santidad recorriendo el camino de las Bienaventuranzas”.
(María Cecilia Mutual – Ciudad del Vaticano, vaticannews.va)
Detener el derramamiento de sangre inocente en Nagorno-Karabaj
No olvidar a las poblaciones del Mar Egeo
El Obispo de Roma instó también a no olvidar a “las poblaciones de la zona del Mar Egeo, que hace dos días fueron afectadas por un fuerte terremoto”, invitando a rezar por ellas.
El ejemplo del beato McGivney
Asimismo, el Pontífice recordó la beatificación ayer en Hartford, Estados Unidos de América, de Michael McGivney, sacerdote diocesano y fundador de los Caballeros de Colón. «Comprometido con la evangelización, se prodigo para atender las necesidades de los necesitados, promoviendo la ayuda mutua”. “Que su ejemplo – dijo – nos estimule a todos a dar cada vez más testimonio del evangelio de la caridad. Un aplauso para el nuevo beato”.
La carrera de Todos los Santos
Además, saludando a los fieles romanos y peregrinos de varios países, dirigió un saludo especial “a los participantes en la carrera de los santos promovida por la Fundación Don Bosco en el mundo, que este año también están compitiendo a distancia e individualmente”. El Papa evidenció que aunque el evento deportivo tiene lugar en pequeños grupos en respeto de la distancia impuesta por la pandemia, “ofrece una dimensión de celebración popular a la celebración religiosa de todos los santos». «Gracias por su iniciativa y su presencia”, les dijo.
Mañana, la misa en el Cementerio Teutónico en el Vaticano
Finalmente, Francisco anunció que mañana, celebrará la misa en sufragio de los difuntos en el Cementerio Teutónico, “lugar de entierro en la Ciudad del Vaticano”.
Me uno así espiritualmente a los que en estos días, en observancia de las normas sanitarias, que es importante, van a rezar a las tumbas de sus seres queridos en todas partes del mundo.
(María Cecilia Mutual – Ciudad del Vaticano, vaticannews.va)