«Tras la caída del Muro visible [de Berlín], el muro invisible que aún divide nuestro continente es aún más evidente. Es un muro que atraviesa los corazones humanos. Está hecho de ansiedad y agresión» (…). Se basa en el egoísmo político y económico y en una débil sensibilidad al valor de la vida humana y la dignidad de cada ser humano», señaló Monseñor Gądecki en un momento en que Europa está nuevamente dividida en cuanto al «Recovery Fund», el fondo para la recuperación después de Covid-19. «Aún queda un largo camino por recorrer para la verdadera unificación del continente europeo. No habrá unidad en Europa hasta que sea una comunidad espiritual», añadió el presidente del Cep, citado por la agencia católica polaca Kai, recordando las palabras pronunciadas por San Juan Pablo II en Gniezno durante su viaje apostólico a Polonia en 1997, en las que el Pontífice polaco subrayó la imposibilidad de construir una unidad duradera cortando las raíces cristianas «a partir de las cuales han crecido las naciones y culturas de Europa».
Refiriéndose a las enseñanzas del Papa Francisco y de Benedicto XVI, en su discurso el arzobispo de Poznań también destacó el papel de la familia en el proceso de unificación europea: «Una familia unida, fértil e indisoluble trae consigo los elementos fundamentales para dar esperanza al futuro. Sin esta solidez, se construye sobre arena con graves consecuencias sociales. Por último subrayó la importancia de la familia: «no sólo hay que ayuda a dar perspectiva y esperanza a las nuevas generaciones, sino también a muchas personas mayores, que a menudo se ven obligadas a vivir en condiciones de soledad y abandono», dijo Monseñor Gądecki.
(Lisa Zengarini – Ciudad del Vaticano, vaticannews.va)