La pandemia ocasionada por la Covid-19 ha confinado a la población en sus casas. Con los colegios cerrados, no se podía dejar de dar clase a los más pequeños de la familia. Pero si había que seguir educando y enseñando a las generaciones más jóvenes, el caso es que no todos los hogares reúnen las condiciones para asemejarse a un aula.
En estas circunstancias, por ejemplo, las Hijas de la Caridad del Colegio La Inmaculada María de Madrid han facilitado las cosas. En unos casos, prestando ordenadores para el estudio en los hogares. En otros, y gracias a las aportaciones voluntarias de los mismos profesores, adquiriendo tarjetas sim, destinadas a los alumnos con menos posibilidades, con el fin de que pudieran seguir el curso online.
Pero el apoyo a las familias de colegios y profesores también ha ido más allá de lo educativo. Semanalmente, la Asociación Bocatas ha repartido kilos de alimentos entre los hogares más necesitados y se ha facilitado a las familias en situación precaria el que puedan cubrir la mensualidad del alquiler de sus viviendas. Con la eficaz contribución de colaboradores y el apoyo de los voluntarios, se dan ejemplos concretos donde se trasluce la eficacia que alcanza el bien común, particularmente en estos tiempos difíciles.
En la página web de la Conferencia Episcopal y de la revista Ecclesia, así como en COPE y TRECE, se puede conocer de cerca esta y otras historias. Todas forman parte de la campaña Una Iglesia, 10 historias.
Historia 1: El párroco ‘influencer’ de Turón
Historia 2: Monjas de clausura que hacen radio
Historia 3: Musicoterapia para los enfermos con daño cerebral
Historia 4: Acompañamiento en el duelo
Historia 5: «La última noche que pasamos juntos»
Historia 6: Capellanes de IFEMA
Historia 7: Dar empleo en tiempos difíciles
Historia 8: La labor social de las cofradías durante el tiempo de pandemia