Queridos miembros de la vida contemplativa, queridos diocesanos:
Con el lema «Con María en el corazón de la Iglesia», escogido por los obispos españoles para esta Jornada Pro Orantibus en la solemnidad de la Santísima Trinidad, me uno cordialmente al fuerte mensaje que de él se desprende, pidiendo al Señor que os acompañe y os envíe abundantes vocaciones a vuestras comunidades contemplativas.
Vosotros sois el corazón ardiente de la Iglesia que con María vive en el cenáculo del monasterio en continua oración y ofrenda de la vida. Así como no podemos subsistir si el corazón nos falla, la Iglesia no puede vivir, trabajar y evangelizar sin el palpitar sano de vuestra vida contemplativa. Por ello, en nombre de la Iglesia diocesana os manifiesto mi más cordial y profundo agradecimiento a todas y cada una de vosotras y de vosotros -los monjes
contemplativos-, por vuestra vida ofrecida como holocausto en el ara del sacrificio eucarístico y de la oración.
Nuestra Archidiócesis está llevando a cabo el proyecto diocesano “Con un solo corazón”, iniciado en el curso pastoral 2018-2019; su objetivo prioritario es dar a conocer la vida contemplativa de nuestros monasterios de monjas y monjes. En la actualidad, la Archidiócesis de Toledo cuenta con 36 monasterios de monjas y 1 un monasterio de monjes; todos ellos suponen una riqueza muy grande que debemos mimar y cuidar con esmero. No sólo somos
afortunados y estamos agradecidos por esta realidad diocesana, sino que todos los diocesanos debemos obligarnos por estar más cerca de ellas, unirnos a su oración y, sobre todo, fomentar las vocaciones contemplativas desde el mismo seno de nuestras familias. El Señor nos puede regalar con la vocación contemplativa para uno de nuestros hijos; si fuese así, os aseguro que la gracia que os concede es inmensa, y las gracias celestiales que recibiréis a través de la vocación de vuestros hijos son infinitas. Por eso, yo os animo y os pido encarecidamente que, a través de
la cercanía y familiaridad con los hermanos contemplativos, fomentéis esta vocación especial entre vosotros.
El proyecto “Con un solo corazón” está dando buenos resultados, pero no podemos enfriarnos y relajar nuestra responsabilidad. Debemos seguir sin descanso pidiendo al Señor que mande muchas y santas vocaciones contemplativas, al tiempo que intensificar los hermanamientos que muchas parroquias, hermandades, cofradías, movimientos apostólicos, colegios diocesanos y otras instituciones diocesanas han llevado a cabo desde el inicio del
proyecto. Todo el esfuerzo que la comunidad diocesana está haciendo ejemplarmente merece un clamoroso agradecimiento, pero no es bastante. No sólo se trata de estar pendientes de las necesidades materiales de las comunidades contemplativas, sino también de sus necesidades espirituales y vocacionales. Por eso insisto también en la necesidad de que, desde las instituciones diocesanas, también se fomente la vocación contemplativa entre sus miembros.
La Santísima Virgen María esperó en oración la venida de Cristo, invocó al Defensor prometido con ruegos ardientes y fue colmada de gracia por el Don divino en el nacimiento de la Iglesia (cfr. Prefacio de la Misa votiva de La Virgen María del Cenáculo, n. 17). Ella siempre está presente en la comunidad monástica, corazón de la Iglesia, diciéndonos: “Haced lo que Él os diga” (Jn 2,5). A María os encomiendo queridas monjas y monjes. Y a vosotros, queridos
diocesanos, os ruego que en este domingo tengáis especialmente presente a nuestros monasterios en la celebración de la Santa Misa.
Unidos en la oración con María, os reitero mi agradecimiento y os envío mi bendición.
+Francisco Cerro Chaves
Arzobispo de Toledo
Primado de España