El 24 de mayo, la Basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén fue reabierta a los fieles. Esto se anunció el día 23 en una declaración firmada por los jefes de las Tres Comunidades, custodios de la Basílica del Santo Sepulcro y de la Resurrección: el Custodio de Tierra Santa, el Padre Francesco Patton ofm y los patriarcas griegos ortodoxos y armenios de Jerusalén, Teófilo III y Nourhan Manougian.
Por razones de seguridad y para evitar el riesgo de una nueva propagación de la infección por Covid-19, la nota especificaba que «el aforo es inicialmente de 50 personas y la Basílica será accesible solo para aquellos que no tienen fiebre o síntomas de contagio y además van equipados con mascarillas».
También será necesario respetar la distancia mínima de seguridad de 2 metros y «evitar cualquier acto de devoción que pueda implicar contacto físico como tocar y besar las piedras, iconos, vestimentas y personal de la Basílica».