Tras presidir la celebración de la Eucaristía en el Campo Diocesano de Soamandrakizay, en Madagascar, el Papa rezó la oración mariana del Ángelus junto a casi un millón de fieles según las estimaciones de los organizadores. «Que María Inmaculada, a quien vosotros amáis y veneráis como vuestra Madre y Patrona, acompañe el camino de Madagascar en la paz y en la esperanza», dijo Francisco.
El Santo Padre presidió este domingo 8 de septiembre la celebración de la Misa en el Campo Diocesano de Soamandrakizay, en Madagascar, en el marco de su viaje apostólico ante 1 millón de fieles, según los datos ofrecidos por los organizadores.
Tras escuchar el saludo de Monseñor Odon Marie Arsène Razanakolona, Arzobispo de Antananarivo, el Papa dirigió a toda la asamblea un afectuoso saludo:
«Agradezco sinceramente a Mons. Razanakolona las palabras que me ha dirigido, y con él a los demás hermanos obispos presentes, a los sacerdotes, a las personas consagradas, a los esposos con sus familias, a los catequistas y a vosotros, todos los fieles», dijo el Pontífice, aprovechando esta oportunidad para expresar su profundo agradecimiento al presidente de la República y a todas las autoridades civiles del país por su amable bienvenida.
Un agradecimiento que fue extendido a todos aquellos que de diferentes maneras, han contribuido al éxito de su visita.
«Que el Señor os recompense y bendiga a todo vuestro pueblo, por intercesión del beato Rafael Luis Rafiringa, cuyas reliquias están expuestas aquí sobre el altar, y de la beata Victoria Rasoamanarivo», concluyó el Santo Padre dirigiéndose en oración a la Bienaventurada Virgen, «aurora de la salvación para la humanidad», en el día en que la Iglesia recuerda su nacimiento:
«Que María Inmaculada, a quien vosotros amáis y veneráis como vuestra Madre y Patrona, acompañe el camino de Madagascar en la paz y en la esperanza».
(Ciudad del Vaticano, vaticannews.va)