Mons. Sebastià Taltavull Donde hay un árbol por plantar, plántalo tú; donde hay un error por subsanar, arréglalo tú; donde hay un esfuerzo que todos rehúyen, acéptalo tú. «Primerea», toma la iniciativa, ¡empieza tú! Sabemos que hay problemas que surgen y aumentan porque en su momento no hemos intervenido. Ciertas situaciones de conflicto aparecen a nuestro alrededor porque en su momento ha faltado una acertada actuación. Por otra parte, cuando se viven rupturas interiores, queda sembrada la semilla de la crispación.
Conversaciones que deforman la realidad, calumnias que son alimentadas sin fundamento, críticas amargas que envenenan al que las lanza y contagian complicidad a quienes añaden o no hacen nada para detenerlas. Hay quienes son hábiles para poner los trapos brutos a la vista de todos y hacer que el otro pierda todo su valor. Cuando está de nuestra mano solucionar un problema o hacer caso a una persona; cuando tenemos que intervenir para detener un mal mayor, estamos ante un desafío a nuestra categoría humana. No podemos tener miedo. El miedo siempre es un freno y la confianza que necesitamos para avanzar desaparece.
A menudo la necesidad es la que nos urge a actuar. Entonces, se nos pide «vivir como lo pide la vocación que hemos recibido» (Ef 4,1). Esta referencia es fundamental si queremos ir a la raíz de la dignidad humana, allí donde se juega la orientación de la vida. Los cristianos, ¿somos conscientes de nuestra vocación y del estilo de vida al que estamos llamados?
Convivir en un pueblo como el nuestro requiere de parte de todos hacer gestos significativos, desde sus responsables hasta la persona aparentemente menos significativa. Todos tenemos derecho a dar y recibir. Todos necesitan de esta valiosa aportación que sirve a la auténtica calidad de vida. Es decisivo, sin embargo, que alguien dé con valentía el primer paso, y que se no se le deje solo. Todo esto nos obliga a trabajar en red y con actitud sinodal, lo que pide valorar todos los vínculos que tejen la relación humana y una firme voluntad de caminar juntos.
+ Sebastià Taltavull
Obispo de Mallorca