Mons. Celso Morga Queridos fieles: Sin olvidar que la primera responsabilidad y el primer momento de toda evangelización es la amistad, el diálogo personal: “Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús. Este encuentra a su propio hermano, Simón, y le dice: ‘Hemos encontrado al Mesías’, que quiere decir, Cristo. Y le llevó a Jesús (…). Al día siguiente, Jesús quiso partir para Galilea y encuentra a Felipe. Y Jesús le dice: ‘Sígueme’. Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y Pedro. Felipe encuentra a Natanael y le dice: ‘Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y también los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, el de Nazaret” (Jn 1,40-45). Así lo pone de manifiesto también el papa Francisco en los números 127 y 128 de su Encíclica programática Evangelii Gaudium.
El contacto personal sigue siendo insustituible, aun siendo hoy muy importante la nueva comunicación de masas que supone Internet.
Comunicar la Palabra de Dios a través de los medios
Hay una acción concreta en el Plan pastoral para este año que no quisiera pasase desapercibida; es la presencia activa y atractiva en las redes sociales. Los expertos en estos nuevos areópagos afirman su importancia creciente para la evangelización. Pueden ser, en efecto, un medio de evangelización privilegiado para un primer anuncio a muchísimas personas que tienen deseos de acercarse a Dios y, tal vez, no lo hacen por temor o vergüenza.
Hoy, como ayer, la mies es abundantísima y hay muchísimas personas con deseos de Dios, de formarse y de aprender, pero que se pueden sentir cohibidas por pensar diferente o por su situación existencial al margen de la Iglesia. Esa formación gota a gota y de forma anónima, que pueden recibir esas personas a través de las redes sociales puede fortalecerlas en la fe y, poco a poco, ayudarles a salir de su anonimato para implicarse en primera persona en la vida de la Iglesia. El requerimiento de Cristo adquiere hoy un nuevo sentido: “Lo que os digo de noche, decidlo en pleno día, y lo que os digo al oído pregonadlo desde la azotea” (Mt 10,27).
El mensaje del papa emérito Benedicto XVI para la XLIII Jornada mundial de las comunicaciones sociales del año 2009 estuvo dedicado a “las nuevas tecnologías, nuevas relaciones”. El papa Francisco en la capital de Paraguay, Asunción, el 12 de julio de 2015 alentó, sobre todo a los jóvenes, a evangelizar a través de “Whatsapp”, “Facebook”, “Twitter”. El Decreto conciliar Inter Mirifica y estos documentos de la Sede Apostólica, que acabo de citar, pueden ser objeto de reflexión y de propuestas prácticas en el próximo Congreso de pastoral misionera.
Comunicar la Palabra de Dios en los procesos de Iniciación cristiana
El segundo de los objetivos específicos del curso nos sugiere renovar en nuestra archidiócesis los procesos de iniciación cristiana, comenzando por la permanente formación de los catequistas a través de las escuelas de formación básica y de agentes de pastoral. Quiero agradecer a los sacerdotes y a los profesores, el esfuerzo hasta ahora realizado por formar mejor a los catequistas; y a estos últimos quiero agradecerles ese afán continuo por formarse mejor para hacerse “todo a todos” (1 Co 9,22) en la trasmisión de las verdades de la fe, de la vida sacramental, de la moral y de la oración cristiana.
Doy gracias a Dios porque contamos en la archidiócesis con estos instrumentos estupendos de formación que son las escuelas de formación básica y agentes de pastoral, así como el Instituto Superior de Ciencias Religiosas. Pero es preciso seguir esforzándonos por disponer de una plantilla numerosa, bien formada y motivada en todas nuestras parroquias para esa tarea preciosa y fundamental de educar en la fe a las nuevas generaciones de cristianos en una sociedad que presenta desafíos muy fuertes al Evangelio.
Los ricos documentos de la Sede Apostólica como Evangelii nuntiandi o Catechesis tradendae, así como de la Conferencia Episcopal Española como El catequista y su formación o La catequesis de la comunidad nos pueden todavía servir en esta reflexión, estudio y acción por mejorar y renovar todos los procesos de iniciación cristiana en nuestra archidió- cesis, así como el contenido y el método del catecumenado de adultos.
A todos invito a conocer y estudiar la Palabra de Dios, a meditarla, a formar parte de grupos de formación bíblica. La Palabra de Dios ha de ser el alimento de nuestras parroquias, grupos parroquiales y, en general, de toda nuestra actividad apostólica.
+ Celso Morga
Arzobispo de Mérida-Badajoz