Mons. Ricardo Blázquez Me ha parecido oportuno publicar en Iglesia en Valladolid (IEV) la “Nota de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española ante la situación en Cataluña”. Se trata de una cuestión muy delicada que nos produce inquietud. Por otra parte, el disponer del texto completo ayuda a una información más adecuada.
El día 26 por la mañana comenzó la reunión de los obispos. Como no figuraba en el orden del día, elaborado algunos días antes, el tratar la grave situación creada en Cataluña y el 1 de octubre tendría lugar el referéndum ilegal, pidió el presidente de la Conferencia Episcopal que se introdujera en el orden del día. Todos accedieron a ello; más aún lo deseaban. Tratamos la cuestión detenidamente; tuvimos la oportunidad de ser informados por los tres obispos de Diócesis en el territorio de Cataluña. A continuación emitieron su opinión sobre el momento actual. Cada uno intervino con libertad y fue escuchado con respeto, como acontece gracias a Dios.
Después de compartir ampliamente el parecer de unos y otros, se decidió elaborar una Nota o Declaración, con el tono y los contenidos que habían ido apareciendo en la larga conversación. Al día siguiente, el día 27 a primera hora, fue presentado el borrador que concitó la satisfacción general de los miembros de la Comisión Permanente. A ese borrador, como ocurre de ordinario, se hicieron muchas sugerencias y aportaciones que fueron recogidas en la nueva redacción. Aún a ésta se hicieron algunas observaciones que fueron discernidas. Como acontece en la elaboración de escritos colectivos, cada uno añadiría, cambiaría o suprimiría algo, ya que no es un escrito solo personal. Cuando la nota ya ultimada fue sometida a votación, fue aprobada por unanimidad, sin que nadie objetara nada en contrario. Nos alegramos todos de que en una cuestión tan delicada, grave y urgente los obispos de la Comisión Permanente hubiéramos coincidido en la valoración positiva de la Nota final. Invito a los lectores a que lean con atención la Declaración, que con una perspectiva pastoral, que es la nuestra, es consciente también de lo implicado en los órdenes legal, social e histórico, de vida en común y de convivencia pacífica.
Más tarde, por sugerencia de la Secretaría General y de la Delegación de Medios de Comunicación Social, se vio la conveniencia de que el presidente de la Conferencia Episcopal la leyera ante los representantes de los medios escritos, orales y televisivos, a los que se había anunciado e indicado previamente en qué iba a consistir el acto. Si no hubo diálogo posterior a la lectura fue para que la atención de todos se concentrara en la Declaración misma. Por otra vía se ha dado información cumplida de lo tratado en la asamblea de la Comisión Permanente.
Después de esta información, se reproduce el texto completo de la Nota o Declaración episcopal:
- Ante la grave situación que se vive en Cataluña, con gran preocupación en el resto de España, los obispos queremos en primer lugar hacer nuestros los deseos y sentimientos manifestados recientemente de forma conjunta por los obispos con sede en el territorio de Cataluña, auténticos representantes de sus diócesis.
- En especial invitamos a la oración por quienes en este momento difícil “tienen la responsabilidad en el gobierno de las diferentes administraciones públicas, de la gestión del bien común y de la convivencia social”, a fin de que todos seamos guiados “por la sensatez, y el deseo de ser justos y fraternos”, y con responsabilidad “avanzar en el camino del diálogo y del entendimiento, del respeto a los derechos y a las instituciones y de la no confrontación, ayudando a que nuestra sociedad sea un espacio de fraternidad, de libertad y de paz” (Comunicado. Obs. Cataluña. 20-9-2017).
- En estos momentos graves la verdadera solución del conflicto pasa por el recurso al diálogo desde la verdad y la búsqueda del bien común de todos, como señala la Doctrina Social de la Iglesia. El papa Francisco nos indica que “es hora de saber cómo diseñar, en una cultura que privilegie el diálogo como forma de encuentro, la búsqueda de consensos y acuerdos, pero sin separarla de la preocupación por una sociedad justa, con memoria y sin exclusiones” (Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, n. 239).
- Para hacer posible este diálogo honesto y generoso, que salvaguarde los bienes comunes de siglos y los derechos propios de los diferentes pueblos que conforman el Estado, es necesario que, tanto las autoridades de las administraciones públicas como los partidos políticos y otras organizaciones, así como los ciudadanos, eviten decisiones y actuaciones irreversibles y de graves consecuencias, que los sitúen al margen de la práctica democrática amparada por las legítimas leyes que garantizan nuestra convivencia pacífica y originen fracturas familiares, sociales y eclesiales.
- Como ya hemos señalado los obispos, en otra ocasión también difícil para nuestra convivencia democrática y pacífica, “es de todo punto necesario recuperar la conciencia ciudadana y la confianza en las instituciones, todo ello en el respeto de los cauces y principios que el pueblo ha sancionado en la Constitución” ( XXXIV Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española. 28-2-1981).
- Por último, reiterando nuestra llamada a la esperanza y la plegaria a Dios, a la serenidad y entendimiento, ofrecemos nuestra colaboración sincera al dialogo en favor de una pacífica y libre convivencia entre todos.
+ Ricardo Blázquez
Cardenal Arzobispo de Valladolid