Mons. Eusebio Hernández Queridos hermanos y amigos: En este cuarto domingo del mes de octubre llegamos a nuestra gran cita anual con las misiones, celebramos hoy el DOMUND.
Una jornada profundamente enraizada en todas nuestras parroquias y comunidades. Desde pequeños hemos vivido en nuestros pueblos y ciudades este día con ilusión y alegría por poder colaborar con el anuncio del Evangelio y con todos los países de misión. Este año con el lema Sal de tu tierra celebramos la jornada del DOMUND que llega en esta ocasión a su 90 edición.
Como todos los años el Papa Francisco nos ha dirigido un mensaje que nos hace reflexionar sobre esta labor, siempre necesaria, de anunciar el Evangelio a todos los hombres y especialmente a aquellos que todavía no lo conocen. Por ello nos recuerda al iniciar su mensaje:
El Jubileo extraordinario de la Misericordia, que la Iglesia está celebrando, ilumina también de modo especial la Jornada Mundial de las Misiones 2016: nos invita a ver la misión ad gentes como una grande e inmensa obra de misericordia tanto espiritual como material. En efecto, en esta Jornada Mundial de las Misiones, todos estamos invitados a «salir», como discípulos misioneros, ofreciendo cada uno sus propios talentos, su creatividad, su sabiduría y experiencia en llevar el mensaje de la ternura y de la compasión de Dios a toda la familia humana. En virtud del mandato misionero, la Iglesia se interesa por los que no conocen el Evangelio, porque quiere que todos se salven y experimenten el amor del Señor. Ella «tiene la misión de anunciar la misericordia de Dios, corazón palpitante del Evangelio» (Bula Misericordiaevultus, 12), y de proclamarla por todo el mundo, hasta que llegue a toda mujer, hombre, anciano, joven y niño.
Esta misión la cumplen de una manera real y efectiva tantos misioneros y misioneras que, sintiéndose llamados por el Señor y enviados por la Iglesia, en muchos lugares del mundo realizan esta inmensa obra de misericordia, como nos dice el Papa, espiritual y material. Nosotros no nos debemos sentir ajenos a la obra misionera de la Iglesia y, por lo tanto, debemos sentirnos, como ellos, enviados.
Nuestra colaboración es necesaria y, desde hace tiempo, junto al cartel que nos presenta la jornada del DOMUND, la Delegación de Misiones nos ofrece otro cartel que con el título: Octubre Misionero, nos ofrece indicaciones para celebrar este mes con un carácter Misionero, tanto personalmente como comunitariamente.
Cada una de las semanas quiere intensificar lo que debemos hacer para colaborar en esta obra de misericordia que son las misiones: La oración, el sacrificio, la limosna y la vocación misionera. Actividades que el cristiano vive no sólo en este mes sino siempre.
Oración de intercesión por los misioneros para que se sientan siempre fortalecidos por el Señor en su, muchas veces, ardua labor. Ofrecimiento de nuestros sacrificios por ellos y por los lugares de misión. Nuestra colaboración generosa con esta obra que es de todos y, finalmente, nuestra preocupación para que nunca falten personas generosas que, saliendo de su tierra, estén dispuestas a ir a anunciar el Evangelio.
Agradezco el esfuerzo que cada año realizáis en cada parroquia en este día para responder con generosidad a esta obra de la Iglesia. Así como a la Delegada Diocesana de Misiones que siempre nos transmite su interés y cariño por la Obra Misionera de la Iglesia.
Con todo afecto os saludo y bendigo.
+ Eusebio Hernández Sola
Obispo de Tarazona