Mons. Carlos Escribano La jornada Mundial de las Misiones se asoma cada año a la vida de la Iglesia universal, a la vez que irrumpe en el día a día de nuestras parroquias.
La celebración del Domund ha arraigado en la comunidad cristiana y los contenidos que se proponen, cada año, nos ayudan a descubrir nuevos aspectos de lo que significa ser misionero en la vida de la Iglesia y a intentar concienciarnos de la necesidad de ponerlo en práctica, para que no quede reducido a un mero recordatorio que, al final, no nos compromete de verdad. En esta ocasión se nos invita a profundizar en la relación entre misión y misericordia: “El Jubileo extraordinario de la Misericordia, que la Iglesia está celebrando, ilumina también de modo especial la Jornada Mundial de las Misiones 2016: nos invita a ver la misión ad gentes como una grande e inmensa obra de misericordia tanto espiritual como material. En efecto, en esta Jornada Mundial de las Misiones, todos estamos invitados a «salir», como discípulos misioneros, ofreciendo cada uno sus propios talentos, su creatividad, su sabiduría y experiencia en llevar el mensaje de la ternura y de la compasión de Dios a toda la familia humana. En virtud del mandato misionero, la Iglesia se interesa por los que no conocen el Evangelio, porque quiere que todos se salven y experimenten el amor del Señor. Ella «tiene la misión de anunciar la misericordia de Dios, corazón palpitante del Evangelio» (Bula Misericordiae vultus, 12), y de proclamarla por todo el mundo, hasta que llegue a toda mujer, hombre, anciano, joven y niño”. (Francisco, Mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones 2016).
Fue Pablo VI quien inició la costumbre de entregar a la Iglesia un mensaje para esta Jornada; desde entonces, los papas nos invitan a tomar parte activa en este intercambio de dones espirituales y materiales entre los fieles. Intercambio que en nuestra diócesis de Calahorra y La Calzada–Logroño se concreta además en el trabajo generoso de nuestros misioneros en el mundo, a quienes recordamos en el día del DOMUND de un modo especial con nuestra gratitud, oración y apoyo económico.
Los cinco continentes son hoy tierra de misión. Cada uno con sus peculiaridades. La vieja Europa donde nos urge la tarea de una Nueva Evangelización en un contexto muy secularizado y esquivo ante los valores del Evangelio. Asía, donde la Iglesia crece con paso lento pero fi rme. América donde comenzó la evangelización hace más de quinientos años y continúa con vigor y con fecundidad. Y África, el continente de la esperanza, donde una iglesia joven vive con alegría y generosidad su fe. La jornada del Domund nos hace tomar conciencia de la ingente tarea que tenemos por delante. Es mucho el trabajo que se hace en nuestras parroquias y comunidades, en nuestras diócesis, pero queda tanto por hacer. Contamos con ello y estamos animados, pertenecemos a una Iglesia misionera y, siguiendo el mandato del Señor, nos sentimos enviados a trabajar con alegría a su viña: “hoy, en este «id» de Jesús, están presentes los escenarios y los desafíos siempre nuevos de la misión evangelizadora de la Iglesia, y todos somos llamados a esta nueva «salida» misionera. Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio”. (Evangelii Gaudium 20)
¡Qué gran reto! ¡Hacer realidad la propuesta misionera que nos propone el Papa en este Jubileo de la Misericordia!
+ Carlos Escribano
Obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño