Mons. Vicente Jiménez Queridos diocesanos:
El mes de octubre está consagrado, desde el tiempo de León XIII, gran devoto de la Virgen María, al santo Rosario. El Rosario de la Virgen María, difundido gradualmente en el segundo Milenio bajo el soplo del Espíritu Santo, es una oración apreciada por numerosos santos y fomentada por el magisterio de la Iglesia. En su sencillez y profundidad, sigue siendo también en el tercer Milenio una oración de gran significado, destinada a producir frutos de santidad.
El Rosario es “compendio de todo el Evangelio”; “oración bíblica, con orientación profundamente cristológica”; “vástago germinado sobre el tronco secular de la Liturgia cristiana”, “salterio de la Virgen, mediante el cual los humildes quedan asociados al cántico de la alabanza y a la intercesión universal de la Iglesia”. Estas son algunas de las expresiones usadas por el Beato Pablo VI, en la exhortación apostólica Marialis Cultus (2 de febrero de 1974), que denotan las riquezas y posibilidades inagotables del Rosario.
El Papa San Juan Pablo II nos dejó al final de su pontificado una preciosa carta apostólica titulada “El Rosario de la Virgen María” (16 de octubre de 2002).
“Recitar el Rosario -nos dice el Papa San Juan Pablo II- es contemplar con María el rostro de Cristo” (RVM 3). “Nos pone en comunión vital con Jesús a través […] del Corazón de María. Al mismo tiempo, nuestro corazón puede incluir en estas decenas del Rosario todos los hechos que entraman la vida del individuo, la familia, la nación, la Iglesia y la humanidad. Experiencias personales o del prójimo, sobre todo de las personas más cercanas o que llevamos más en el corazón” (RVM 2). “Conduce al corazón mismo de la vida cristiana y ofrece una oportunidad ordinaria y fecunda, espiritual y pedagógica, para la contemplación personal, la formación del Pueblo de Dios y la nueva Evangelización” (RVM 3).
El Rosario de Cristal de Zaragoza
En nuestra ciudad de Zaragoza, la tarde-noche del 13 de octubre, en el marco de las fiestas de Ntra. Sra. del Pilar, las calles de Zaragoza se convierten en un “lucernario mariano”, a través de la procesión del Rosario de Cristal, que llena nuestra ciudad de coloridos faroles y sentidas plegarias de amor a la Virgen del Pilar. Es un acto multitudinario en el que participan fieles venidos de muchos pueblos aragoneses, que destaca por su belleza y su gran emotividad.
El Rosario de Cristal fue creado por iniciativa de la Real Cofradía del Santísimo Rosario de Ntra. Sra. del Pilar, fundada en el año 1889 y cierra los actos de las fiestas del Pilar. Este año 2016 la tradicional procesión ha lucido el nuevo farol de Santo Domingo de Guzmán, recordando los 800 años de la fundación de la Orden de los Dominicos, que tanta gloria ha dado a la Iglesia y ha contribuido a la propagación del rezo del Rosario.
El nuevo farol ha sido diseñado por la pintora zaragozana Carmen Pérez Ramírez, autora también del farol de los misterios luminosos. Talleres ONOX de Huesca ha realizado la parte metálica y eléctrica y Vitrales Huesca ha elaborado las extraordinarias vidrieras que lo forman.
Que la práctica diaria del rezo del Rosario, especialmente en este mes de octubre, nos sirva de estímulo para recuperar esta buena costumbre, si la hubiéramos perdido, y de entrenamiento para mantenerla en nuestro plan de vida cristiana, en nuestros hogares y en nuestras parroquias y comunidades.
Con mi afecto y bendición,
+ Vicente Jiménez Zamora
Obispo de Zaragoza