Mons. Eusebio Hernández Queridos hermanos y amigos:
Desde el próximo 28 de junio y hasta el día 4 de julio celebraremos la peregrinación de nuestra diócesis de Tarazona a Roma en este Año de la Misericordia. En este Año Jubilar de la Misericordia peregrinamos en nombre de la diócesis de Tarazona hasta la Puerta Santa de las distintas basílicas romanas.
Como nos dice el papa Francisco en la bula con la que convoca a la Iglesia a este Año Jubilar: La peregrinación es un signo peculiar en el año santo, porque es imagen del camino que cada persona realiza en su existencia. La vida es una peregrinación y el ser humano es “viator”, un peregrino que recorre su camino hasta llegar a la meta anhelada. También para llegar a la Puerta Santa en Roma y en cualquier otro lugar, cada uno deberá realizar, de acuerdo con las propias fuerzas, una peregrinación. (MV 14)
Secundando esta propuesta del Papa para este Año Jubilar, la diócesis de Tarazona nos hemos hecho caminantes, peregrinos y hemos querido llegar hasta Roma, la meta de nuestra peregrinación. Con el grupo que formamos esta peregrinación venís todos vosotros y, por todos vosotros, vamos a rezar.
No es, por lo tanto, un viaje turístico, aunque disfrutemos de todo lo que, a lo largo de los siglos, la fe cristiana ha querido plasmar en el arte. La peregrinación quiere ser una experiencia que refuerce en todos la fe y cree vínculos de comunión. Nuestro objetivo es reafirmar nuestra unión con la Iglesia Universal, a través del Papa.
Lo más importante de una peregrinación es el salir de nosotros mismos para abrirnos a Dios y a los hermanos. El papa Francisco habla de este aspecto de la peregrinación cristiana, las etapas de la peregrinación mediante la cual es posible alcanzar esta meta, para ello nos propone el vivir las siguientes palabras del Evangelio (Lc 6,37-38): No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados. Dad y se os dará: os verterán en el regazo una buena medida, apretada, sacudida y repleta. Con la medida seréis medidos (MV 14).
Coincide nuestra peregrinación con la solemnidad de San Pedro y San Pablo que celebraremos en Roma, si Dios quiere. Cada 29 de junio, en la solemnidad de los dos Apóstoles, recordamos a estos grandes testigos de Jesucristo y, a la vez, hacemos una solemne confesión de fe en la Iglesia una, santa, católica y apostólica. Ante todo es una fiesta de la catolicidad.
Unida a esta solemnidad los cristianos queremos colaborar con las obras de caridad que el Papa realiza. Es lo que llamamos el Óbolo de San Pedro. Confío en vuestra generosa aportación económica. Gracias.
Con todo afecto os saludo y bendigo.
+ Eusebio Hernández Sola, OAR
Obispo de Tarazona
26 de junio de 2016