Mons. Vicente Jiménez Queridos diocesanos:
Los Obispos son por institución divina los sucesores de los Apóstoles y mediante el Espíritu Santo, que les ha sido conferido en la consagración episcopal, son constituidos Pastores de la Iglesia, con la misión de enseñar, santificar y guiar al Pueblo de Dios, en comunión jerárquica con el Sucesor de Pedro y con los otros miembros del Colegio Episcopal.
Cada uno de los Obispos, que es puesto al frente de una Iglesia particular, ejerce su ministerio pastoral sobre la porción del Pueblo de Dios a él encomendada (cfr. Vaticano II, Lumen Gentium, 23) y está llamado a edificar incesantemente la Iglesia particular, en la comunión de todos sus miembros y de éstos con la Iglesia universal, vigilando para que los diversos dones y ministerios contribuyan a la común edificación de los creyentes y a la difusión del Evangelio.
El Obispo tiene la obligación de pastorear la grey diocesana. Para ello es necesario el conocimiento cercano de la comunidad eclesial que le ha sido confiada. Precisamente, uno de los medios más singulares que permite al Obispo el conocimiento directo y profundo de la diócesis es la Visita Pastoral.
El Obispo, cuando cumple con su deber de visitar las parroquias o comunidades locales de la Diócesis, no debe ser considerado como quien realiza una mera función administrativa y burocrática, sino que debe ser claramente reconocido por los fieles como maestro, sacerdote y pastor de su grey.
La Visita Pastoral es el momento en el que el Obispo ejerce más cerca de su pueblo el ministerio de la palabra, la santificación y la guía pastoral, en contacto más estrecho con las alegrías y las expectativas, con las angustias y las preocupaciones de la gente, con la posibilidad de exhortar a todos a la esperanza. En esta ocasión, el Obispo tiene sobre todo un contacto más cercano con las personas más pobres, los ancianos y los enfermos. Realizada así, la Visita Pastoral muestra lo que es, un signo de la presencia del Señor que visita a su pueblo con la paz (cfr. Juan Pablo II, Exhortación Apostólica, Pastores Gregis, 46).
La Visita Pastoral al Arciprestazgo del Valderrobres
He querido empezar mi primera Visita Pastoral a la Diócesis por el Arciprestazgo de Valderrobres, que es una de las zonas más distantes de la capital de la Diócesis. La inicio el domingo de la Octava de Pascua, 3 de abril, a las 11 de la mañana, en la parroquia de Valderrobres. Concluiremos la Visita Pastoral, el domingo, 15 de mayo, a las 12 de la mañana, en Calaceite. Los sacerdotes del Arciprestazgo de Valderrobres, moderados y coordinados por el Sr. Vicario Episcopal de la Vicaría VI, han preparado un programa detallado de los actos y un cartel anunciador de la Visita.
Con este motivo he escrito una carta de saludo a todos los fieles de Valderrobres. Voy a visitaros en el nombre del Señor y como Sucesor de los Apóstoles, para conoceros de cerca y gozar de la belleza de vuestros pueblos y paisaje, en la zona del Matarraña.
Pido a Dios que bendiga esta Visita Pastoral y los encuentros humanos, sociales, culturales y, sobre todo, litúrgicos y religiosos, que vamos a celebrar juntos para crecer en la fe, vivir la caridad y dar razón de nuestra esperanza a todo el que nos la pida (cfr. 1 Ped3, 15).
Pongamos la Visita Pastoral bajo la protección de la Santísima Virgen María, tan querida y venerada en nuestra tierra, para que vivamos estos días como un tiempo de gracia y momento de renovación cristiana personal y comunitaria.
Con mi afecto y bendición,
+ Vicente Jiménez Zamora
Arzobispo de Zaragoza