En el contexto del Año de la Misericordia, queremos escuchar la aflicción de las personas y familias del pueblo de Monesterio y otros pueblos afectados, que están viviendo una situación dolorosa ante la inseguridad laboral que padecen.
Queremos ponernos en el lugar de esas personas y de esas familias. La situación actual supone más inestabilidad personal y familiar y un freno al necesario desarrollo de la zona.
Nuestra región necesita que todos apostemos por fomentar un trabajo digno y estable, que dé a las personas, especialmente a las más jóvenes y a las familias, seguridad laboral y que permita su pleno desarrollo.
Invitamos con ardor, desde el diálogo abierto y sincero, a buscar soluciones justas a esta triste situación.
(Archidiócesis de Mérida-Badajoz)