Mons. Francesc Pardo i Artigas Celebraciones, peregrinaciones, encuentros
Tras el verano se inicia un nuevo curso. Me ha parecido conveniente dedicar parte de mi tiempo a recordar y reflexionar sobre algunas de las muchas actividades que durante el verano han sembrado la buena semilla del Evangelio en la vida de niños, jóvenes, adultos… para mostrar como la misión que Jesucristo nos ha confiado se vive también durante estos meses. Seguramente han sido muchas, pero sólo puedo anotar algunas de las que he vivido y experimentado personalmente.
Tras el verano se inicia un nuevo curso. Me ha parecido conveniente dedicar parte de mi tiempo a recordar y reflexionar sobre algunas de las muchas actividades que durante el verano han sembrado la buena semilla del Evangelio en la vida de niños, jóvenes, adultos… para mostrar como la misión que Jesucristo nos ha confiado se vive también durante estos meses. Seguramente han sido muchas, pero sólo puedo anotar algunas de las que he vivido y experimentado personalmente.
La finalidad es que todos pensemos y agradezcamos las que hemos vivido durante estos meses.
Celebraciones:
– La ordenación de dos diáconos —uno como diácono estable, el otro en proceso hacia la ordenación presbiteral— fue una alegre celebración llena de esperanza. Nos motivó a valorar el servicio diaconal, a orar por las vocaciones a los ministerios diaconal y presbiteral, tan necesarias en nuestra Diócesis de Girona, y a agradecer a los diáconos y presbíteros su compromiso y misión.
– La celebración de la beatificación de las hermanas mártires del Instituto de San José de Girona nos anima a convertirnos en testimonios de Jesús y de su evangelio, sirviendo, orando y asumiendo las dificultades con las que podemos encontrarnos a causa de la fe.
– La memoria de las hermanas Fradera, religiosas del Corazón de María, también mártires. La celebración en Riudarenes, donde nacieron y fueron bautizadas, nos descubre, en este año de la Vida Consagrada, que Dios ha llamado y sigue invitando a vivir esta opción radical evangélica.
– Las celebraciones de las fiestas mayores de Santa Cristina de Lloret de Mar, El Estartit, San Jaime en Salt, San Ginés de Palafolls, el aplec de las Alegrías de Lloret, de la Virgen de los Ángeles… nos recordaban que la vida cristiana sabe a fiesta, a fiesta mayor, y que el Señor Jesús comparte y sale a nuestro encuentro en los momentos de alegría popular.
– La celebración de la fiesta del Carmen en Olot con los carmelitas, y en Arenys de Mar con los pescadores y devotos, tras la procesión marinera, renovaba la presencia y la protección de la Virgen en nuestra vida. Eso mismo es lo que hemos vivido en las celebraciones en los santuarios marianos el 8 de septiembre, fiesta del nacimiento de María.
– La celebración en Terrades de la Ultreia del Movimiento de los Cursillos de Cristiandad fue una ocasión para animarnos a seguir ayudando a descubrir o redescubrir la propuesta de vida de Jesús.
– La celebración con los grupos scouts del Pla de l’Estany y del Valle de Aosta de Italia en San Mer, el día más caluroso del año, manifestaba el potencial evangelizador de este método si se hace bien hecho, y si sus responsables son conscientes de ello.
– La Misa internacional de Roses, y la de otras parroquias del Obispado, nos permitía experimentar que somos Iglesia católica, universal. Son celebraciones que tienen la finalidad de acoger y ayudar a participar de las mismas a los hermanos cristianos de lenguas y culturas diversas que pasan días o semanas entre nosotros. Les ofrecemos la naturaleza, visitas al patrimonio cultural, acogida en los hoteles, gastronomía, festivales… y también nuestra invitación a participar de las celebraciones de la fe como hermanos y miembros de una misma familia.
– La consagración del nuevo altar de la parroquia de Malgrat con la pedagogía de los signos de la celebración nos estimulaba a sentir necesidad de la Eucaristía, porque sin estar unidos a Cristo no podemos dar fruto.
Lo expresa magníficamente la plegaria de dedicación del altar: “Que esta piedra sea mesa festiva, donde tengan el gozo de encontrarse los comensales de Cristo, y, después de descargar en Vos inquietudes y penas, obtengamos nuevas fuerzas para emprender nuevos caminos”.
Siempre es necesario celebrar la fe, también durante el verano.
+Francesc Pardo i Artigas
Obispo de Girona