Mons. Gerardo Melgar Queridos diocesanos, queridos matrimonios:
Por quinto año consecutivo en este tiempo de Cuaresma, he querido convocar, organizar y dirigir personalmente una convivencia diocesana para matrimonios. La experiencia de años anteriores ha sido realmente hermosa para todos los que han asistido a la misma: han vuelto a sus casas con el corazón lleno de ilusión y con ganas de repetir en años sucesivos.
La convivencia para matrimonios es siempre un cauce de vivencia cristiana, más aún en este Curso pastoral en el que la programación diocesana se centra en la evangelización de la familia; en ello estamos trabajando y esforzándonos por lograrla. Sabemos que la familia actual pasa por dificultades para poder cumplir con la misión sublime que tiene encomendada de ser sujeto/objeto de humanización y evangelización. Todos conocemos lo poco que, en la mayoría de las familias, se inculcan los grandes valores humanos, mucho menos los valores y el estilo de vida cristianos. Somos conscientes de la indiferencia a los grandes valores humanos y de la total ausencia de interés por los valores y la vida cristiana; así, muchas familias sólo se mueven por los valores reinantes en la sociedad: el tener, el poder y el gozar sin límites.
Dentro de la problemática familiar, uno de los problemas más frecuentes es el de la convivencia y el entendimiento entre los esposos. Frutos amargos de esta dificultad son la proliferación de los divorcios, las separaciones, etc. que se dan en el seno de nuestras familias. Es raro hoy encontrar una familia en la que no haya alguien que esté divorciado o separado o vuelto a casar o en otras parecidas circunstancias.
En orden a evangelizar la familia, a ayudar a los padres y a los hijos a encontrar el verdadero sentido a la familia, a cultivarla y cuidarla como se merece, en la Diócesis hemos trazado para este Curso (y lo seguiremos haciendo en los siguientes) un plan de evangelización familiar siguiendo las conclusiones de la Asamblea que celebramos con motivo de la Misión diocesana. Así, hemospuesto en marcha todo un proceso evangelizador de los momentos más importantes en la formación y el desarrollo de la familia: noviazgo, celebración del matrimonio y vivencia del mismo, paternidad y maternidad.
Como os decía, para los matrimonios llevamos ya cinco años realizando esta convivencia de Cuaresma; a ella han asistido, cada año, unas treinta parejas jóvenes y no tan jóvenes. La experiencia ha sido muy grata y de mucha ayuda para los que han participado. La convivencia tiene dos partes: la mañana está dedicada a cultivar la fe por medio de la oración, la reflexión sobre el Evangelio y la celebración del perdón; la tarde, la dedicaremos a que cada matrimonio a solas -siguiendo unas pautas que les ayuden- haga una revisión en profundidad de su matrimonio y de su familia.
Es verdad que, en otras ocasiones, teníamos esta convivencia en el Seminario diocesano de El Burgo de Osma; esta vez, dado que la mayoría de los que suelen asistir viven en Soria o en pueblos y no precisamente en El Burgo, queremos hacerla en la capital: será, por eso, en el Colegio de los PP. Escolapios para que les sea más fácil la asistencia a los que viven en Soria o cerca de ella.
Desde este medio quiero animar a todos los matrimonios a que se apunten y hagan la experiencia de esta convivencia como un medio muy valioso para cuidar la pareja y su familia. Los que deseen participar pueden inscribirse en la parroquia: os espero a todos el Domingo 22 de marzo desde las 10 de la mañana para concluir sobre las siete de la tarde.
¡Que la Sagrada Familia de Nazaret os cuide y os bendiga!
Vuestro Obispo,
+Gerardo Melgar
Obispo de Osma-Soria