Mons. Carlos Escribano Desde hace varios años, nuestra Delegación diocesana de Pastoral Juvenil se une a la Javierada, que es convocada por el Arzobispo de Pamplona todos los años coincidiendo con el tiempo de cuaresma. En ella se dan cita jóvenes de Navarra y de otras muchas diócesis españolas que realizan una larga peregrinación caminando hasta el Castillo de Javier, lugar de nacimiento del jesuita San Francisco Javier, patrono Universal de las Misiones.
Estas populares marchas cumplen este año su 75 edición. La primera tuvo lugar en 1940. Desde entonces se han venido celebrando ininterrumpidamente hasta nuestros días. Estas peregrinaciones pretenden ser una llamada permanente a vivir el Evangelio y animar a todos los peregrinos, jóvenes en su mayoría, a sentirse misioneros en el mundo de hoy, como hizo en su momento San Francisco Javier. Los cerca de quince o veinte mil peregrinos que se convocan en las dos principales Javieradas que se celebran cada año, están en disposición de descubrir lo que significa caminar juntos como Iglesia, familia de los hijos de Dios, participando en la caminata, recibiendo el sacramento del perdón y celebrando la Eucaristía en la explanada del Castillo. En la Javierada se viven tres momentos de especial intensidad: la marcha o andadura desde el origen de salida hasta Sangüesa; el viacrucis desde Sangüesa hasta el castillo de Javier de unos 8 km de distancia y la Eucaristía que se celebra en la gran explanada del castillo.
Con motivo del 75 aniversario de las mismas, el Papa Francisco ha concedido a la Iglesia en Navarra un año jubilar y en la bendición otorgada para conmemorar la efemérides, anima a seguir participando: “En esta feliz circunstancia el Sumo Pontífice se une a la acción de Gracias a Dios por los abundantes frutos de vida cristiana cosechados en estos pasados años y pide en su oración que esta peregrinación siga siendo una ocasión privilegiada para reavivar en quienes la realizan su firme voluntad de recorrer el camino de la vida de la mano de Jesús, sin mediocridades ni complejos, imitando así a San Francisco Javier que de la amistad con Cristo sacó fuerzas para servir a todos con amor incondicional”.
Con este espíritu la Delegación de Pastoral Juvenil invita de nuevo a participar a nuestros jóvenes en la Javierada. Todos aquellos que peregrinen estoy seguro que vivirán una experiencia eclesial muy grata a la vez que podrán profundizar en su vivencia de fe con las dinámicas preparadas bajo el lema “Perdido y Encontrado”. La Cruz de nuestros jóvenes, que ya ha peregrinado a Fátima, Lourdes, Taizé o El Rocío, se hará presente en esta ocasión, portada por chicos y chicas turolenses, como expresión de alegría y compromiso evangelizador. Os animo a los responsables en las parroquias, sacerdotes y catequistas que trabajáis con jóvenes, a que les invitéis a participar en esta peregrinación.
En el corazón de los organizadores me consta que está el deseo, expresado en el texto antes referido de la bendición, de que “el ejemplo de este insigne discípulo del Señor (San Francisco Javier) despierte también hoy en los jóvenes el deseo de dar testimonio de la alegría del evangelio en todos los ámbitos de la sociedad donde están llamados a ser sal de la tierra y luz del mundo”.
+ Carlos Escribano Subías,
Obispo de Teruel y de Albarracín