Mons. Eusebio Hernández Queridos hermanos y amigos:
Como ya sabéis por la publicación “Iglesia en Tarazona” del 24 al 3 de febrero se realizó la primera tanda de la Visita ad Limina de los obispos españoles. En este primer periodo un total de 44 obispos, además de visitar distintas oficinas de la Santa Sede, fuimos recibidos por provincias eclesiásticas por el Santo Padre. Los cinco obispos de las diócesis aragonesas nos encontramos con el Papa el 27 de febrero. El Santo Padre nos recibió en un clima de familiaridad, con simpatía, cordialidad compartiendo con nosotros las preocupaciones propias de nuestras diócesis aragonesas y de la Iglesia universal. Le dije que rezábamos por él y le pedí una bendición para toda la diócesis. Me dijo: «llévales mi afecto y bendición».
Quiero comentar con vosotros las palabras que el Papa nos dirigió a todos los obispos españoles el día 3 de marzo. Estas palabras son una guía para impulsar la pastoral de la iglesia en España y, por lo tanto, también para nuestra diócesis de Tarazona.
Como nos dijo el Papa estamos sufriendo en nuestros días un tiempo de indiferencia y de preponderancia de una cultura mundana que, en palabras del Santo Padre, arrincona a Dios en la vida privada y lo excluye del ámbito público . Pero esta realidad no nos debe hacer pensar en un fracaso o que es poco lo que podemos hacer frente a una cultura que ha arrinconado a Dios y no valora lo que la Iglesia ofrece; al contrario el Papa nos propone otro camino, abrir nuestra vida y todas nuestras acciones al Espíritu Santo: Conviene no olvidar vuestra historia. De ella aprendemos que la gracia divina nunca se extingue y que el Espíritu Santo continúa obrando en la realidad actual con generosidad. Fiémonos siempre de Él y de lo mucho que siembra en los corazones de quienes están encomendados a nuestros cuidados pastorales (cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 68).
Pidamos, por lo tanto, la valentía en medio de la adversidad, sabiendo que nuestra propuesta cristiana puede aportar a nuestra sociedad y a cada persona el encuentro con Cristo como amigo y hermano. ¡Fiémonos de Él!. Para ello como nos decía el Papa a los obispos: no ahorréis esfuerzos para abrir nuevos caminos al Evangelio, que lleguen al corazón de todos, para que descubran lo que ya anida en su interior. Y todo ello, con paciencia y sin miedo, de corazón a corazón, con ternura y misericordia debemos buscar lo que verdaderamente une y sirve a la mutua edificación.
Estas palabras del Papa, nos recuerda a los obispos una expresión bíblica:parresía . La parresía , palabra griega que tiene distintas traducciones pero que en el lenguaje bíblico del Nuevo Testamento tiene como significado la capacidad para hablar de forma atrevida manteniendo con valentía, frente a las adversidades, el mensaje del Evangelio de Cristo. Y lo debemos hacer así porque estamos convencidos de que nuestra aportación a la sociedad y al hombre le va a llevar a la verdadera libertad y le va a hacer cercano a quien ama al hombre con una ternura y misericordia que da todo para la plena felicidad y realización.
Pidamos en estos días de Cuaresma esta valentía, más necesaria que nunca, para transmitir a todos una esperanza que nunca defraudará.
Con todo afecto os saludo y bendigo.
+ Eusebio Hernández Sola, OAR
Obispo de Tarazona
23 de marzo de 2014