Mons. Carlos Escribano Del 24 de Febrero al 8 de Marzo los obispos españoles realizaremos la visita al Papa, en la llamada vista “Ad Limina”. Cada cinco años, más o menos, el obispo diocesano peregrina a Roma para encontrase con el Sucesor de San Pedro. “La visita, en sus diferentes momentos litúrgicos, pastorales y de fraterno intercambio, tiene un preciso significado para el Obispo: acrecentar su sentido de responsabilidad como Sucesor de los Apóstoles y fortalecer su comunión con el Sucesor de Pedro. La visita, además, constituye un momento importante para la vida de la misma Iglesia particular, la cual, por medio del propio representante, consolida los vínculos de fe, de comunión y de disciplina que la unen a la Iglesia de Roma y al entero cuerpo eclesial”.(Apostolorum Successores nº 15). La visita a la Sede petrina tiene, sobretodo, un profundo significado de comunión eclesial, de expresión de catolicidad y de respeto y afecto filial a la persona del Papa.
La última visita desde nuestra diócesis la cursó D. José Manuel Lorca, estando recién llegado a Teruel y siendo Papa Juan Pablo II, en el 2004. Durante el pontificado de Benedicto XVI, por razones de agenda, no se pudo realizar. Ahora ha sido convocada por el Papa Francisco que se encontrará con todos los obispos españoles el día 3 de Marzo próximo. El resto de los días se dedican a visitar los dicasterios, Congregaciones o Pontificios Consejos que son como los “ministerios” de la Santa Sede, para despachar distintos asuntos que conciernen a cada diócesis en particular y a las Provincias Eclesiásticas, que en nuestro caso es la de Zaragoza. “Los encuentros fraternos con el Romano Pontífice y con sus más estrechos colaboradores de la Curia Romana ofrecen al Obispo una ocasión privilegiada no sólo para hacer presente la situación de la propia diócesis y sus expectativas, sino también para tener mayores informaciones sobre las esperanzas, alegrías y dificultades de la Iglesia universal, y para recibir oportunos consejos y directivas sobre los problemas de la propia grey. Dicha visita representa un momento fundamental también para el Sucesor de Pedro que recibe a los Pastores de las Iglesias particulares para tratar con ellos las cuestiones que se refieren a su misión eclesial. La visita ad limina es así expresión de la solicitud pastoral de toda la Iglesia”. (Apostolorum Succesores nº 15)
Para preparar esta visita, el obispo diocesano envía un informe a la Santa Sede, en la que expone la realidad pastoral de la diócesis. Este se prepara con las aportaciones que realiza la Curia diocesana, las distintas Delegaciones diocesanas y sus delegados y se comunican también los datos estadísticos actualizados que se solicitan. Todo ello sirve, “para que el Santo Padre tenga un provechoso contacto personal y pastoral con cada Obispo, y también para que los dicasterios competentes, debidamente informados, puedan tener un diálogo constructivo con los pastores diocesanos” (Directorio para la Visita ad Limina, premisa VI). Ello permite a su vez hacer una revisión exhaustiva de la situación actual de nuestra vida pastoral diocesana que nos ayuda a tomar conciencia más precisa de nuestras fortalezas y debilidades, en vista a la labor evangelizadora que es propia a la Iglesia diocesana.
Ante la próxima visita “Ad limina”, os pido vuestra oración. En primer lugar por el Papa Francisco, quien desde el principio de su Pontificado nos solicitó que rezásemos por él. Por nuestra diócesis de Teruel y Albarracín y por toda su tarea evangelizadora y también por mí, para que sean muchos los frutos que se obtengan de esta visita fraterna al sucesor de Pedro.
+ Carlos Escribano Subías,
Obispo de Teruel y de Albarracín