Mons. Salvador Giménez El próximo domingo, día 13, serán beatificados en Tarragona muchos mártires que fueron asesinados en la gran persecución religiosa que se produjo en España en los años treinta del siglo pasado.
Entre ellos se encuentra un sacerdote muy querido por todos los que formamos parte de la iglesia diocesana de Menorca; se trata de JUAN HUGUET CARDONA, joven sacerdote de nuestro presbiterio que nació en Alaior, vivió y murió en Ferreries y estudió en el Seminario Conciliar, en Ciutadella.
El comentario de hoy no desea añadir nuevos datos a la biografía del futuro beato.
Durante el verano pasado este FULL ha recogido semanalmente algunos rasgos de su personalidad que ha firmado el Rvdo. Guillermo Pons. En este mismo medio un servidor ha hecho referencia a su figura y a la celebración futura en sendos comentarios de marzo y junio de este mismo año.
Además, en la prensa local se han publicado algunos artículos para dar a conocer determinados aspectos de su aventura humana, cristiana y sacerdotal. Puede parecer que hemos dicho todo y que ha habido abundante información para todos aquellos que se han interesado en conocerla. Ahora sólo resta por mi parte pediros que elevéis fervientes oraciones por este acontecimiento eclesial y que agradezcáis al Señor la vida, el ministerio y el recuerdo que ha dejado en el corazón de familiares y amigos el propio P. Huguet.
La celebración de Tarragona tiene una indudable significación para todos los cristianos.
Manifestamos la gloria de Dios en la vida de unos hermanos nuestros que soportaron el sufrimiento y la muerte por no renunciar a la fe de Jesucristo. En la Misa actualizamos la Muerte y la Resurrección del Señor, el primer mártir y el fundamento de la opción martirial de sus seguidores; en este caso, al inicio de la celebración, la Iglesia comunicará el nombre de los nuevos beatos y los ofrecerá como modelos de actuación para todos. Se unirán a la lista de los santos y beatos cristianos, que vivieron heroicamente su fe y, desde la Gloria del Padre, son intercesores nuestros en cualquier circunstancia de la vida cristiana.
En el Mensaje que la Conferencia Episcopal Española dirigió a toda la sociedad el pasado mes de abril se puede leer: “El Concilio dice también que la mejor respuesta al fenómeno del secularismo y del ateísmo contemporáneos, además de la propuesta adecuada del Evangelio, es el testimonio de una fe viva y madura… Numerosos mártires dieron y dan un testimonio preclaro de esta fe (GS 21). El siglo XX ha sido llamado, con razón, el “siglo de los mártires”. En Tarragona se proclamarán más de 500 beatos: obispos, presbíteros, religiosos y laicos de numerosas diócesis españolas y de gran cantidad de congregaciones religiosas. Allí nos reuniremos cristianos procedentes de lugares distintos para agradecer a Dios la vida y el ejemplo de los mártires, para expresar la comunión eclesial y para pedir que nosotros, en la actualidad y en el futuro, seamos auténticos evangelizadores con nuestras palabras y con nuestra actuación diaria.
Esta magna beatificación se enmarca en el Año de la Fe que está viviendo nuestra Iglesia. Es una magnífica ocasión para profundizar y revisar nuestra propia fe en estos momentos de convulsión social. Una fe que se traduce en el amor a todos, en el perdón a los semejantes ante cualquier circunstancia y en el servicio a los más necesitados. Todo ello es la respuesta humana a la oferta de salvación que nos propone el Señor en el evangelio. Será una buena conclusión y buen propósito de la celebración.
† Salvador Giménez Valls
Obispo de Menorca