Mons. Gerardo Melgar Queridos diocesanos:
Después de un Curso intenso de trabajo pastoral como lo fue el 2012-2013 necesitábamos un descanso; es seguro que nos ha venido bien a todos disfrutarlo durante los meses veraniegos en los que la actividad pastoral es siempre más relajada. Ahora, con nuevas fuerzas, retomamos el sendero y seguimos en el proyecto misionero en el que estamos empeñados los últimos tres cursos: la Misión diocesana «Despertar a la fe».
Al comienzo de este nuevo Curso escuchamos en nuestro corazón al Señor que se dirige a cada uno de nosotros para decirnosque es mucho lo que hay que hacer, que necesita a todos aquellos que quieran trabajar y empeñar su vida pues «la mies es mucha y los obreros pocos» (Mt 9, 38). Para desempeñar dicho labor, Él nos envía y cuenta con nosotros: «como el Padre me ha enviado así os envío yo» (Jn 20, 21). Pero el Señor, al mismo tiempo que nos envía, espera nuestra respuesta generosa, nuestro «aquí estoy, Señor, cuenta conmigo» dicho con el corazón para vivir auténticamente desde su mensaje e intentar ser verdaderos discípulos suyos, auténticos testigos del Señor donde quiera que nos encontremos y con quien quiera que nos topemos en la vida.
El curso que comenzamos es fundamental en el proyecto de la Misión diocesana; es, propiamente, el tiempo de la realización. En él vamos a poder vivir tres momentos importantes: la reflexión en grupos en los domicilios de quienes generosamente los presten para ello sobre tres o cuatro temas que hemos elaborado a raíz de las respuestas a las encuestas que recogimos en cientos de hogares de toda la Diócesis; la celebración de una gran asamblea con la participación de todos los que hayan tomado parte en la Misión durante estos tres años y todos aquellos diocesanos que quieran sumarse a la misma; y, por último, lo que llamamos la feria de la fe en la que sacaremos la fe a la calle para seguir llamando la atención de los indiferentes, seguir animando a los que han descuidado su vida de fe y seguir creando esperanza en quien la ha perdido. Tendremos celebraciones al aire libre, Eucaristías en la calle y trataremos de llamar a todos cuantos quieran escucharnos para ayudarles a salir de su indiferencia y sumarse al maravilloso proyecto de Cristo y la Iglesia.
Desde este comienzo de Curso quiero animar a todos (sacerdotes, religiosos/as y laicos) a participar y a dar lo mejor de nosotros mismos en favor de este proyecto de nueva evangelización. Hemos vivido con ilusión y entrega las dos etapas anteriores en los Cursos pasados; entramos en la etapa final y sigamos con la misma actitud de generosidad, dedicación y entrega que en las etapas anteriores porque los primeros beneficiados vamos a ser nosotros, re-tomando conciencia de nuestra identidad de seguidores de Jesús y de nuestra corresponsabilidad en la tarea evangelizadora.
Renovados física y espiritualmente tras el descanso, comencemos este nuevo Curso pastoral llenos de ánimo, de ilusión y de ardor apostólico; pongamos todo lo que dependa de nosotros para que el fruto de la Misión diocesana y del Año de la fe sea la renovación interior de cada uno de nosotros y un compromiso personal y eclesial, no escatimando esfuerzo y trabajo por hacer realidad en nuestra Diócesis y entre los nuestros la misión evangelizadora que el Señor nos ha confiado.
¡Feliz Curso 2013-2014 para todos!
+ Gerardo Melgar
Obispo de Osma-Soria