El 15 de septiembre de 1963 se llevó a cabo la entronización submarina de la imagen de la Virgen de Begoña, patrona de Bizkaia en aguas del Cantábrico. Esta iniciativa, de la que ahora se cumplen ahora 50 años, fue realizada por el Centro excursionista de Actividades Subacuáticas (CEVAS) en San Juan de Gaztelugatxe. El acto constituyó un relevante acontecimiento no solo religioso, sino también popular.
La talla mide 1.20 m., de altura y su base es de 47×30 cm., colocada sobre la plataforma de 55×46 cm. Pesa 198 kgs. Y está rellena de plomo alcanzando los 850 kgs. La figura fue entronizada a 12 metros de profundidad para poder ser observada por los submarinistas y, por ello, con marea baja pueden verla sin gran esfuerzo. Cuando requiere labores de limpieza hay que solicitar un permiso específico, ya que se encuentra enclavada en una zona reserva de la biosfera.
Uno de los promotores de la entronización, Juan Marra, destacaba entonces que a partir de ese momento “submarinistas, arrantzales y amantes de la mar estaremos más protegidos sabiendo que allí está con nosotros nuestra Amatxu de Begoña para preservarnos de cualquier peligro”. Hoy, 50 años después su hija, Anna Marra, ha tomado el testigo y es una de las artífices de los actos que se celebran estos días.