Mons. José Manuel Lorca Dios no deja de sorprendernos, por eso conviene acercarse a escuchar la Palabra de Dios con mucha atención. En este domingo nos presenta la liturgia lecturas con temas admirables, como la importancia del amor y el regalo del perdón; la fuerza de la fe en Cristo y la debilidad de la ley defendida por los fariseos. Será necesario superar la tentación de la superficialidad y adentrarse en el corazón de los personajes que intervienen. Pero advierto que nuestra atención no se apartará del momento en que Jesús le dice a la mujer pecadora del evangelio: “Tu fe te ha salvado, vete en paz”.
Para entender la manera de proceder de Jesús y el alcance que tiene, comencemos por la segunda lectura, donde San Pablo habla de justificación, de perdón por la fe y el amor a Cristo, porque nos conducirá a la liberación y a la vida. Ahora veamos los personajes: el fariseo se ha dejado llevar por la fama de Jesús, lo considera, lo invita a su casa, pero no cree en Él, ni siquiera ha tenido la delicadeza de hacer los ritos de acogida de un huésped y en su corazón le está juzgando mal; la pecadora, por el contrario, ha roto todas las barreras por estar junto a Jesús, ha superado todos los límites que le estaban permitidos para estar junto a Él, una fuerza grande le lleva a buscarle; pero, ¿qué pasa en el corazón de Jesús? Sencillamente, que Jesús trata a los dos con misericordia, los dos son deudores y a ella le perdona los pecados y al fariseo le da una palabra de vida.
Pero no termina aquí el Evangelio, con el perdón, esta sería la solución que le dio el fariseo cuando le dijo: “supongo que aquel a quien le perdonó más”. Jesús señala otra manera, que perdona más a quien ahora le ama más, porque el perdón es fruto del amor. Pido a Dios que nuestro amor a Dios no sea un amor de rutina o vulgar, sino de verdadera entrega, apasionado por el Señor.
+ Jose Manuel Lorca Planes
Obispo de Cartagena