Mons. Francesc Pardo i Artigas El pasado lunes 22 de abril, víspera de san Jorge, convocados por los obispos de la Conferencia Episcopal Tarraconense, celebrábamos un encuentro los sacerdotes diocesanos, religiosos y diáconos de las diez diócesis con sede en Cataluña. En la carta de convocatoria, firmada por los arzobispos de Tarragona y Barcelona, se citaban los motivos. Estamos viviendo intensamente el Año de la Fe para redescubrir que el camino de la fe nos llena de alegría y entusiasmo. Recordamos la celebración este año del cincuentenario del inicio del Concilio Vaticano II. Precisamente el día 22 coincidía con el noveno aniversario de la muerte de quien fue arzobispo de Tarragona, convocante e impulsor del Concilio Provincial Tarraconense, Ramón Torrella i Cascante. Fue precisamente en el transcurso de un encuentro del clero catalán en Poblet cuando el Dr. Torrella anunció la celebración de un posible Concilio Provincial. Era también un momento en el que se deseaba orientación, tras años de aplicación del Concilio Vaticano II, constatando ya las dificultades que experimentábamos como iglesias locales.
Nuestro Concilio, en el que participé como miembro de una ponencia, y en el que tuvieron un papel activo sacerdotes y laicos de esta Diócesis de Girona, deseaba aplicar en profundidad la doctrina del Vaticano II en Cataluña. Las orientaciones pastorales de nuestro Concilio, reconocidas por Roma conjuntamente con el documento de los obispos, titulado “Arrels cristianes de Catalunya” (Raíces cristianas de Cataluña), siguen vigentes hoy, y en algunas diócesis, continúan señalando las prioridades pastorales. Es conveniente releer las resoluciones o propuestas del Concilio Tarraconense en relación a la evangelización, la Palabra de Dios, la Liturgia, la Caridad, la edificación de cada iglesia diocesana y la comunión entre todas. Quien lo hace se encuentra con el frescor de unas propuestas pastorales plenamente actuales.
Recordemos que, que durante la preparación del Concilio y la durante la celebración del mismo la pregunta era: ¿Qué nos dice el Espíritu a las Iglesias? La pregunta sigue siendo la misma., la que nos seguimos formulando con diversas expresiones.
Perdonadme este paréntesis, importante para mí, y sigo con el Encuentro.
Nos dirigió la palabra el cardenal arzobispo de Viena, Christoph Schönborn, O.P., uno de los principales responsables de la redacción del Catecismo de la Iglesia, y también del catecismo para los jóvenes, el Youcat. Nos ofreció unas pautas adecuadas para el ejercicio de nuestro ministerio en estos tiempos en que “la alegría, la esperanza, la tristeza y la angustia de los hombres de nuestro tiempo” siguen siendo las de los discípulos de Cristo. En próximos escritos os daré detalles.
Nos unimos en la celebración de la Eucaristía, fuente y culminación de la vida cristiana, de nuestro servicio a la fe y vínculo de comunión. También la comida fraternal nos ayudó a constatar que, con pocas diferencias, nos unen las mismas preocupaciones y alegrías.
Los participantes de Girona fuimos medio centenar entre sacerdotes y diáconos. Y el total de los participantes más de quinientos. Demos gracias a Dios.
+Francesc Pardo i Artigas
Obispo de Girona