Mons. Jesús Murgui Queridos hermanos y hermanas:
Desde hace unos años, en el cuarto domingo del tiempo pascual, celebramos en toda la Iglesia la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, de modo particular a la vida consagrada y al sacerdocio ministerial.
Teniendo en cuenta que vivimos esta Jornada en el contexto del Año de la Fe, las frases que la enmarcan y orientas son sumamente sugerentes: “¡Confío en ti!”; “Las vocaciones, signo de la esperanza fundada sobre la fe”.
Efectivamente, como nos recuerda Benedicto XVI, en el Mensaje que nos envió pensando en esta Jornada: “Las vocaciones sacerdotales y religiosas nacen de la experiencia del encuentro personal con Cristo, del diálogo sincero y confiado con Él, para entrar en su voluntad”.
En diversos momentos de este tiempo pascual, leyendo los Evangelios que
proclamamos en la liturgia de estos días, hemos podido ver que las tareas que el Señor confía a sus discípulos se enmarcan en los encuentros y diálogos que el Resucitado tiene con ellos. La vocación se sitúa en esa circunstancia de encuentro y diálogo con el Señor en la que Él llama, nos dice, y nosotros le respondemos. Y ello por caminos y maneras diversas en cada uno.
Llevar a Jesús, darlo a conocer, en el ámbito de la familia, la escuela, la catequesis parroquial, etc…., es la base para que exista encuentro con Él, para descubrirlo, para que nazca la amistad con el Señor, con ello va dándose, de mil maneras, el que nos pueda decir qué espera de nosotros, y que nos indique el camino para salir de nosotros mismos e ir a los demás, en la tarea o servicio que Él nos presenta y que nosotros, confiando en Él, nos atrevemos a realizar.
Sembrar la fe, especialmente en los más jóvenes de nuestras familias y comunidades parroquiales, animarles a escuchar lo que Jesús espera de ellos y orar muchísimo para que cada día más las llamadas del Señor encuentren respuesta afirmativa, es vital para nuestra Iglesia en estos momentos.
Os pido a todos los hijos de la Iglesia Diocesana de Orihuela-Alicante la oración ferviente por las vocaciones; especialmente deseo y urjo la colaboración de padres, maestros, educadores cristianos, y, sobre todo sacerdotes, para que, orando y sembrando la fe y el ánimo de acoger la llamada de Dios, mimando y acompañando todo indicio vocacional, crezcan las vocaciones a la vida consagrada y al sacerdocio ministerial en nuestra querida tierra, necesitada de ellas.
Rezad y trabajad con toda el alma por las vocaciones.
Con mi bendición y saludos a todos en el gozo de la Pascua.
+ Jesús Murgui Soriano
Obispo de Orihuela-Alicante