Mons. Jaume Pujol La Iglesia católica ya tiene un nuevo Santo Padre. Los cardenales eligieron, el 13 de marzo de 2013, al cardenal de Buenos Aires Jorge Mario Bergoglio, nuevo obispo de Roma, que ha tomado el nombre de Francisco, poniéndose bajo la protección especial de san Francisco de Asís, el santo que renovóla Iglesiade su tiempo.
Desde el pasado 28 de febrero, cuando se hizo efectiva la renuncia de Benedicto XVI a la sede de Pedro, estoy seguro que han sido muchas las personas que han rezado para que el Espíritu Santo iluminara a los cardenales que tenían enla Iglesiaesta gran responsabilidad.
Una vez más, como cuando salió elegido Benedicto XVI en el año 2005, lo primero que me ha llegado al corazón y luego a los labios ha sido: “¡Gracias, Señor!”, y “¡Gracias, Santo Padre, por haber dicho sí, por haber aceptado a ser el sucesor del Santo Padre”. He recordado también la frase que decía el obispo san Fructuoso a los cristianos que lloraban cuando lo llevaban al anfiteatro de Tarragona en el año 259 para quemarlo: “No os faltará nunca más pastor”. Una vez más, en los ya dos mil años de historia, enla Iglesiano le faltará quien la dirija.
Durante los 13 días transcurridos podemos decir que los católicos hemos sido huérfanos porque el papel del Santo Padre es muy importante enla Iglesia. Losnombres con los que le designamos son diversos: vicario de Jesucristo, sucesor de san Pedro, obispo de Roma, Papa, Santo Padre, romano pontífice…Todos hablan de la importancia que dentro dela Iglesiatiene el Papa de Roma, como también a veces lo llamamos.
El Santo Padre no es enla Iglesiaun elemento más, sino que es una pieza fundamental. Jesús dijo a san Pedro: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las fuerzas del reino de la muerte no la podrán dominar. Te daré las llaves del reino del cielo; todo eso que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo aquello que desates en la tierra quedará desatado en el cielo” (Mt 16,18-19). Y el Papa es el sucesor de san Pedro, la piedra sobre la que Cristo edificó su Iglesia.
Esta es la misión que ha recaído sobre el papa Francisco, de 76 años, el primer americano sucesor de Pedro, también el primer jesuita Papa. El mundo está pendiente de los gestos del nuevo pontífice, argentino con larga experiencia pastoral en una gran diócesis, que ahora ha cambiado por el mundo entero.
Es el momento de querer al nuevo Santo Padre y de rezar con confianza al Espíritu Santo que sea un pastor celoso que, en nombre de Cristo, como su predecesor Benedicto XVI, presidala Iglesiauniversal y acreciente la unidad de la fe y los vínculos de la caridad de los obispos y de sus Iglesias.
Comenzamos con el Domingo de Ramos la Semana Santa; que sea para todos unos días santos, llenos de amor, contemplando la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
† Jaume Pujol Balcells
Arzobispo metropolitano de Tarragona y primado