Mons. Carlos Escribano Desde las 20 horas de este 28 de Febrero, de acuerdo con el anuncio de renuncia a la Sede Petrina efectuado por el Papa Benedicto XVI el pasado 11 de Febrero, la Iglesia católica está en Sede Vacante, hasta que se reúna el cónclave de los cardenales para elegir al nuevo Obispo de Roma.
Este cónclave se regulará, como se sabe, por el “Ordo Rituum Conclavis”, establecido por la Constitución Apostólica de Juan Pablo II “Universi Dominici Gregis” en su párrafo 27. El Cardenal Camarlengo, que tiene un papel fundamental en el período de sede vacante, es el cardenal Tarcisio Bertone.
Los cardenales electores que participarán en el conclave y que pueden ser electores y elegidos provienen de todos los continentes: 61 europeos, 19 latinoamericanos, 14 norteamericanos, 11 africanos, 11 asiáticos y 1 procedente de Oceanía. Estas cifras pueden variar según la fecha de inicio del cónclave, pues alguno de los cardenales puede rebasar la edad canónica establecida para participar, que son 80 años. El país con mayor número de cardenales electores es Italia, con 21. Sesenta y siete electores han sido creados por Benedicto XVI, y los cincuenta restantes por Juan Pablo II.
Los cardenales electores deberán permanecer en el Vaticano durante todo el período de duración del cónclave. Las jornadas de trabajo y las votaciones las desarrollan, conforme a la tradición en la Capilla Sixtina, aunque se alojarán en la residencia vaticana Casa Santa Marta; ninguno podrá acercarse a ellos cuando se trasladen desde la Capilla Sixtina a su lugar de residencia y viceversa; y todas las formas de comunicación con el mundo exterior estarán prohibidas. Como ya se hizo en el pasado, la estufa de la Capilla Sixtina se usará para quemar las papeletas después de cada votación. Y, por disposición expresa del actual Pontífice, Benedicto XVI, el nuevo Papa tendrá que haber sido elegido necesariamente por dos tercios de los votos.
Los días del cónclave deben ser para la Iglesia días de intensa oración. El Beato Juan Pablo II en la Universi Dominci Gregis, párrafo 84, propone: “Durante la Sede vacante, y sobre todo mientras se desarrolla la elección del Sucesor de Pedro, la Iglesia está unida de modo particular con los Pastores y especialmente con los Cardenales electores del Sumo Pontífice y pide a Dios un nuevo Papa como don de su bondad y providencia. En efecto, a ejemplo de la primera comunidad cristiana, de la que se habla en los Hechos de los Apóstoles (cf. 1, 14), la Iglesia universal, unida espiritualmente a María, la Madre de Jesús, debe perseverar unánimemente en la oración; de esta manera, la elección del nuevo Pontífice no será un hecho aislado del Pueblo de Dios que atañe sólo al Colegio de los electores, sino que en cierto sentido, será una acción de toda la Iglesia. Por tanto, establezco que en todas las ciudades y en otras poblaciones, al menos las más importantes, conocida la noticia de la vacante de la Sede Apostólica, (…)se eleven humildes e insistentes oraciones al Señor (cf. Mt 21, 22; Mc 11, 24), para que ilumine a los electores y los haga tan concordes en su cometido que se alcance una pronta, unánime y fructuosa elección, como requiere la salvación de las almas y el bien de todo el Pueblo de Dios”.
Nuestra diócesis también se unirá a esta intención. Es bueno que en las parroquias, en las comunidades religiosas, en nuestros colegios y en nuestras familias y hogares elevemos oraciones al Señor, para que el Espíritu Santo conceda a su Iglesia el Papa que esta necesita en estos momentos. También la Santa Iglesia Catedral de Teruel, nos reuniremos a rezar en fecha y hora que se anunciará oportunamente por esta intención. ¡Que Dios, una vez más, bendiga a su Iglesia!
+ Carlos Escribano Subías,
Obispo de Teruel y de Albarracín