Mons. Javier Salinas “No puedo construir mi fe personal en un diálogo privado con Jesús, porque la fe me es donada por Dios a través de una comunidad creyente que es la Iglesia y me introduce así, en la multitud de los creyentes, en una comunión que no es sólo sociológica, sino enraizada en el eterno amor de Dios. Nuestra fe es verdaderamente personal sólo si es también comunitaria: puede ser mi fe sólo si se vive y se mueve en el «nosotros» de la Iglesia” (Benedicto XVI. Audiencia 31-X-2012).
En la santa Misa rezamos el Credo, y lo expresamos en primera persona: “creo en un solo Dios”. Pero lo confesamos comunitariamente, unidos los que participamos en la Eucaristíay a todos los cristianos que en otras horas i lugares proclaman su fe. Por eso, en la Misadebemos proclamar el Credo con plena conciencia de lo que profesamos. “Creer es un acto eclesial. La fe de la Iglesia precede, engendra, conduce y alimenta la nuestra fe. La Iglesia es la Madre de todos los creyentes. Nadie puede tener a Dios por Padre si no tiene a la Iglesia por madre”(CIC,181). Es importante recordar que la fe nace en l’Església, conduce a ella i se vive en ella. Porque “nadie cree sólo por sí mismo. Nosotros creemos siempre en la Iglesia y con la Iglesia. El Credo es siempre un acto compartido, un dejarse insertar en una comunión de camino, de vida, de palabra, de pensamiento. Nosotros no «hacemos» la fe, pues es ante todo Dios quien la da”(Benedicto XVI, discurso 2-III-2006). Cierto que la fe es un don de Dios, pero la recibimos de otros que creyeron antes y, como ellos, la profesamos con todos los cristianos.
La fe nos lleva a caminar con Jesús en comunión con la Iglesia. Unafe solitaria, individual, no es plenamente vivida. Como nos dice el Papa en su carta Porta fidei, “la misma profesión de fe es un acto personal y al mismo tiempo comunitario. En efecto, el primer sujeto de la fe es la Iglesia. “Creo” es la fe de la Iglesia profesada personalmente por cada creyente. “Creemos” es la fe de la Iglesia confesada generalmente por la asamblea litúrgica de los creyentes. “Creo”, es también la Iglesia, nuestra Madre, que responde a Dios por su fe y que nos enseña a decir: “creo”, “creemos””(nº 10).
La fe nos llama a ser Iglesia, portadores del amor y la comunión de Dios para toda la humanidad. Que este Año la profesión del Credo “suscite en todo creyente la aspiración a confesar la fe con plenitud y renovada convicción, con confianza y esperanza. Será también una ocasión propicia para intensificar la celebración de la fe en la liturgia, y de modo particular en la Eucaristía, que es «la cumbre a la que tiende la acción de la Iglesia y también la fuente de donde mana toda su fuerza”(Porta fidei,9). Recitemos el Credo cada día en nuestra oración, personalmente, y el domingo en familia y en comunidad.
† Javier Salinas Viñals
Obispo de Tortosa,
y Obispo Electo de Mallorca