Mons. Alfonso Milián Con ocasión de la fiesta de la Sagrada Familia, que la Iglesia celebrará el domingo 30 de diciembre, he querido convocar para nuestra Diócesis una Jornada Diocesana de la Familia. Os invito a prepararla desde este momento y a participar en ella, acudiendo, si podéis, a la Eucaristía que celebraré en la Catedral de Barbastro, y si no os es posible desplazaros, viviendo en vuestra Parroquia las iniciativas previstas para esta Jornada.
Nuestra existencia ha sido marcada profundamente por las vivencias de nuestras familias. Pero la cosa viene de lejos, ya que procedemos de un Dios que es familia:
Padre, Hijo y Espíritu Santo. Nuestros padres quisieron que por el Bautismo nos incorporáramos desde muy niños a la familia de los hijos de Dios, que es la Iglesia. Y caminamos hacia un encuentro gozoso con la gran familia de los bienaventurados en el gran banquete del Reino de Dios, que nuestro Padre nos prepara.
La familia es un valor reconocido por todos. Y, en estos tiempos de crisis, de
soledad y de carencias, la familia acoge a sus miembros, los arropa y les proporciona calor y alimento. ¡Cuántos padres y abuelos acogen a sus hijos que, por el paro y la carencia de prestaciones, no tienen qué comer ni dónde cobijarse!
La familia está llamada también a abrir la puerta de la fe a sus hijos, con la ayuda del Espíritu Santo, naturalmente. En el bautismo, los padres y padrinos se comprometen solemnemente a abrir al hijo que presentan a la Iglesia esa puerta que da acceso a la fe.
Desgraciadamente, algunos padres olvidan después la promesa que hicieron o tal vez la rechazan. Y Jesús sigue lanzando a todos los padres cristianos la pregunta que hizo en otro tiempo a sus discípulos: «¿También vosotros queréis marcharos?» Ojalá todos los padres cristianos de esta Diócesis seáis capaces de responder como Pedro: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna», convencidos de que el seguimiento de Jesús es un tesoro para ellos y para sus hijos, porque verdaderamente sólo Él tiene palabras que dan vida.
Quiero proponeros tres tareas, para las que encontraréis ayuda en vuestras
parroquias. Son muy sencillas, pero muy útiles para abrir la puerta de la fe a vuestros hijos, a saber: prolongar en casa las catequesis que vuestros hijos reciben en la parroquia; iniciarles en la oración rezando con ellos al comenzar y terminar el día, en las comidas, en algún momento especial…; y participar con ellos en la Eucaristía de los domingos. Estoy convencido de que, con la ayuda del Espíritu Santo que no os faltará si la deseáis y se la pedís, lograréis llevarlas adelante.
En nuestro tiempo se sufre mucho por el desamor. Descubrir y seguir el proyecto de Dios sobre nuestra existencia y sobre nuestra vida familiar es el gran antídoto frente al desamor. Por esto es tan necesario franquear padres e hijos juntos esa puerta abierta hacia la fe.
Os hago, pues, una llamada a todos para preparar y vivir intensamente la
Jornada Diocesana de la Familia. Y espero encontrarme con muchos de vosotros en la Eucaristía que celebraré en la Catedral de Barbastro, donde tendremos el gozo de dar gracias a Dios por el don de la fe, que nos salva de la desesperanza y del desamor.
Con mi afecto y bendición.
+ Alfonso Milián Sorribas
Obispo de Barbastro-Monzón