Mons. Javier Salinas “La Iglesia no tiene la misión de cambiar el mundo. Pero si lleva a cabo su misión, el mundo cambia” (C.F.Weizsäcker). Una afirmación que señala que la misión dela Iglesiano está vinculada a nuestros proyectos, no es una obra nuestra, sino que viene de Cristo. Y es precisamente cuando somos fieles a su propuesta cuando se produce un fruto sobreabundante: contribuye a crear una sociedad mejor. Esta es la realidad, desde el testimonio de los santos, con las obras apostólicas y sociales que han impulsado, hasta el más humilde cristiano que en la familia o en su tarea concreta se deja inspirar por el Evangelio. Vivir o no la fe no es indiferente, tiene sus consecuencias en la vida.
Este domingo celebramos, como ya es tradicional, el día dela Iglesiadiocesana, la jornada de Germanor. Una invitación anual a vivir con gozo nuestra pertenencia ala Iglesiaque camina en este territorio, con su historia, costumbres, dificultades… Este pertenecer ala Iglesia, como recordaba el Papa Benedicto XVI a los jóvenes, implica reconocer que no somos autosuficientes, y que la experiencia de la fe nace en una comunidad y lleva a ella: “Tener fe es apoyarse en la fe de tus hermanos, y que tu fe sirva igualmente de apoyo para la de otros. Os pido, queridos amigos, que améis ala Iglesia, que os ha engendrado en la fe, que os ha ayudado a conocer mejor a Cristo, que os ha hecho descubrir la belleza de su amor. Para el crecimiento de vuestra amistad con Cristo es fundamental reconocer la importancia de vuestra gozosa inserción en las parroquias, comunidades y movimientos, así como la participación enla Eucaristíade cada domingo, la recepción frecuente del sacramento del perdón, y el cultivo de la oración y meditación dela Palabrade Dios”(Madrid, JMJ 2011).
Hace años que oímos a menudo “soy cristiano pero no practico”; o que participar enla Misadel domingo no es tan necesario, pues basta simplemente con llevar la fe en el corazón y manifestarla en obras de solidaridad. Ciertamente esto es muy importante, pero no podemos ser cristianos sin el encuentro con Cristo, y éste se ofrece de forma particular en la comunidad eclesial, al escuchar su Palabra y acoger su presencia en los Sacramentos. Quien no vive así la fe termina por reducirla a un comportamiento moral genérico, sin vigor propio. Entonces, no tiene nada que ofrecer que pueda llenarle, y surgen múltiples preguntas que llevan a alejarse de Dios y del camino de vida que Él ofrece.
En este día de Germanor, crezcamos en la experiencia comunitaria de la fe unidos a tantos hombres y mujeres que, como nosotros, se dejan iluminar por el Evangelio. Juntos realizaremos aquellas pequeñas o grandes obras que mejoran nuestro mundo.
† Javier Salinas Viñals
Obispo de Tortosa