Mons. Luis Quinteiro Queridos abuelos:
En este día de la Festividad de San Joaquín y Santa Ana, Padres de la Santísima Virgen, quiero dirigirme a todos vosotros y agradeceros de corazón la vida que habéis entregado a vuestras familias. ¿Quién no recuerda a sus abuelos con cariño? ¿Cómo olvidar su presencia en el hogar y en la familia? ¿Quién no tiene en su mente todavía alguna canción o cuento que ellos nos enseñaban?
Todos guardamos en nuestros corazones el recuerdo inolvidable de los abuelos que han estado presentes en nuestra vida de manera constante e incondicional. Todos vosotros os habéis sacrificado por nuestro bienestar y habéis sido un pilar importante para nuestras vidas. Siempre os hemos
identificado como un símbolo de permanente referencia por vuestra dedicación y amor. En el pasado, los abuelos desempeñaban un papel importante en la vida y en el crecimiento de la familia.
En la altura de sus años, los abuelos seguían estando presentes para sus hijos y nietos dando testimonio de solicitud y entrega sin reservas, manteniendo vivas las enseñanzas de una sabiduría forjada a lo largo de los años.
Hoy en día, con la evolución de la sociedad, los hábitos de la familia han cambiado en muchos hogares y la misión de los abuelos se ha hecho todavía más imprescindible. Ante la crisis social y familiar que nos afecta en la actualidad, debemos hacer mayor hincapié todavía en configurar
alrededor de la familia una estructura sólida de valores y proyectos en común, siempre contando con nuestros mayores, símbolo y referente continuo de nuestros orígenes. Por ello es necesario que nos unamos para desterrar toda clase de marginación o exclusión hacia nuestros familiares y que superemos de manera urgente toda mentalidad individualista.
En la Biblia nos encontramos muchos ejemplos en que se nos presentan a los abuelos como personas sabias y llenas de respeto a Dios (cf. Si. 25, 4-6). Vosotros seguís hoy trasladándonos esa sabiduría a través de los tiempos. Continuáis siendo ejemplos conscientes de fe y referencia insustituible de los valores esenciales de la vida.
Amadísimos abuelos, sois una parte imprescindible en nuestras familias cristianas. En este día quiero dar gracias a Dios con todos vosotros por el maravilloso regalo que vuestras vidas suponen para la familia y para la Iglesia. Con toda mi gratitud y mi cariño, os bendice vuestro Obispo.
+ Luis Quinteiro Fiuza
Obispo de Tui-Vigo