El futuro de nuestras sociedades se basa en el encuentro entre los pueblos, en el diálogo entre las culturas, en el respeto de la identidad y de las legítimas diferencias. En este escenario, la familia mantiene su papel fundamental; ha reiterado el Papa, en su discurso a la asamblea del Pontificio Consejo para los Emigrantes e Itinerantes.
Las perspectivas de convivencia entre los pueblos, dijo el Papa, se pueden ofrecer a través de lineas analizadas y concertadas para la acogida e integración, permitiendo el ingreso legal, favoreciendo el justo derecho a la reagrupación familiar, el asilo y el refugio, compensando las medidas necesarias restrictivas y luchando contra el despreciable tráfico de personas. En esto, las distintas organizaciones internacionales, en cooperación conjunta y con los Estados, pueden aportar para conciliar el reconocimeinto de los derechos de la persona y el principio de la soberanía nacional, en especial, las exigencias de seguridad, el orden público y el control de fronteras.