Comprometerse con la paz, la justicia y la reconciliación, profundizar la fe pero sobretodo no ceder al desánimo o a la desesperación confiando en la misericordia y en la confianza en Dios.
El mensaje final del Sínodo, presentado en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, se dirige a los pueblos del continente una vez finalizadas las tres semanas de trabajo. Se insiste en la importancia de practicar la paz y la justicia social a partir de la familia, con las mujeres, en un mundo político al servicio del bien común.
El texto subraya la necesidad de tutelar a los niños y al medioambiente, y a la necesidad de desarrollar la comunicación social de la Iglesia, así como cambiar principios que regulan las finanzas mundiales. Los padres sinodales piensan a los inmigrantes africanos en el globo, insisten en la difusión de la Doctrina Social de la Iglesia y rinden homenaje a tantos misioneros que se prodigan por el cristianismo.
Finalmente, los padres invitan a África a no desesperarse a pesar de la pobreza y las pandemias, ya que el continente es rico en bendiciones de Dios. También confían que el futuro está en las manos de los mismos africanos y que son sobretodo ellos los que deben dar un nuevo impulso al continente.