En el desierto de los valores sobretodo las nuevas generaciones tienen gran sed de trascendencia. Lo ha afirmado el Papa en el discurso a los obispos brasileños de la región del Mato Grosso, en la parte centro-occidental del país.
Benedicto XVI ha resaltado cómo después del Concilio existe la tendencia a interpretar la apertura al mundo no como una exigencia misionera sino como un ceder a la secularización y a los valores mundanos en detrimento del Evangelio.
En este contexto, que implica a la Iglesia local, se requiere el anuncio de la verdadera fe en la gloria de la Resurrección, sin ceder a los valores dominantes y a las expectativas de la opinión pública sobretodo en el campo de la ética y de la coherencia entre fe y vida.
El Papa dijo estar impresionado al conocer las grandes distancias que los obispos y sacerdotes deben recorrer para desempeñar su trabajo pastoral en una situación en la cual faltan los recursos humanos, por lo tanto, una eficaz obra formativa es la prioridad.