Cuando todavía impresionados por el atentado terrorista en la casa cuartel de Burgos, hoy en el municipio mallorquín de Calvià han sido asesinados brutalmente dos jóvenes agentes de la Guardia Civil. Ante todo ello el Arzobispo y los capellanes castrenses manifiestan su más rotunda repulsa ante estos actos violentos que no sólo vulnera gravemente el derecho a la vida y a la libertad, sino que son muestra de la más dura intolerancia y totalitarismo. Al condenar este atentado constatamos una vez más que el terrorismo es intrínsecamente perverso.
Nos unimos al dolor y sufrimiento de las dos familias de los muertos. Así mismo mostramos, en estos momentos de dolor, nuestra solidaridad, apoyo y cercanía a todos los Guardias Civiles.
Invitamos a todos los creyentes a elevar oraciones a Dios por el eterno descanso de los que han perdido la vida y por el consuelo esperanzado de las familias. A nuestra plegaria unimos también la súplica ferviente para que conceda a la sociedad española y a nuestros gobernantes fortaleza y serenidad en estos momentos de tragedia y así como la sabiduría, la unión y la fuerza necesarias para luchar juntos desde la ley y la justicia por la pronta desaparición del terrorismo en nuestro país.
Madrid 30 de julio de 2009