Benedicto XVI explicó el significado y la importancia de la labor de Juan de Damasceno, teólogo bizantino del siglo VII y VIII durante la catequesis de la audiencia general realizada en la Plaza San Pedro.
Juan Damasceno es considerado uno de los testigos privilegiados del culto de los iconos, que es también uno de los aspectos más distintivos de la teología y la espiritualidad Oriental de estos tiempos.
Su enseñanza que forma parte de la tradición de la Iglesia establece como doctrina sacramental que los elementos materiales tomado de la naturaleza puede ser transformados canal de gracia en virtud de la invocación del Espíritu Santo, acompañada por la confesión de la verdadera fe.
Benedicto XVI mencionó que san Juan Damasceno nunca se alejó del monasterio de San Saba, cerca de Jerusalén. Aquí se dedicó con todas sus fuerzas al ascetismo y a la actividad literaria sin dejar su actividad pastoral, de la cual dan testimonios especialmente sus numerosas homilías.