1. La Junta de Cofradías de Semana Santa de Cuenca es un órgano colegiado constituido por la autoridad eclesiástica, con el fin de coordinar las Hermandades y Cofradías en relación a los fines religiosos de la Semana Santa.
2.Las Cofradías y Hermandades de Cuenca son asociaciones públicas de fieles cristianos, erigidas por el Obispo diocesano, que tienen como finalidad la promoción del culto público o de obras de piedad y caridad, el fomento de una vida cristiana más perfecta, la creación de obras de apostolado o la animación del orden temporal con espíritu cristiano.
3. Las Cofradías y Hermandades son pues asociaciones católicas, formadas por fieles, es decir, personas que han recibido el sacramento del Bautismo y forman parte de la Iglesia. Como fieles cristianos tienen, pues, la misma misión que Dios confió a su Iglesia, y, además, en cuanto miembros de una Hermandad o Cofradía, tienen otra finalidad particular que viene precisada en los respectivos estatutos.
4. Cofradías y Hermandades, y los miembros que las integran, profesan la misma y única fe de la Iglesia, pues a ella pertenecen y de ella forman parte.
5. Con la Iglesia, pues, de la que se reconocen miembros activos, las Cofradías y Hermandades de Cuenca defienden que la vida humana es un don precioso de Dios, “dador de vida”.
6. Con la Iglesia, Hermandades y Cofradías confiesan igualmente que el ser humano posee una dignidad incomparable, superior a la de cualquier otra criatura sobre la tierra, pues es creado a imagen y semejanza de Dios.
7. Cofradías y Hermandades, como parte de la Iglesia que son y a la que se honran de pertenecer, confiesan que la vida humana es sagrada, pues pertenece a Dios, y que debe ser respetada, protegida y favorecida desde su comienzo en el momento de la fecundación, hasta su final natural.
8. Cuando Cofradías y Hermandades defienden abiertamente la vida y se oponen a todo atentado contra la vida de un ser humano inocente, como en los casos del aborto y la eutanasia, no hacen otra cosa sino manifestarse como cristianos que son y confesar la fe que está en la base de su ser y de su obrar.
9. Sabe muy bien el mundo “nazareno” de Cuenca que el acto de “procesionar” sus sagradas imágenes es, sí, un acto que continúa una larga tradición; una afirmación de su modo de ser y de sentir como conquenses; una experiencia que anuda sentimientos, recuerdos y emociones muy variados, pero es, sobre todo, un acto de fe que se proclama y se expresa en la devoción a una imagen venerada y sentida como algo propio.