La acción creadora del Espíritu está al origen de la perfección de la creación. Lo ha dicho el padre Raniero Cantalamessa, capuchino, predicador de la Casa Pontificia, en su primera meditación cuaresmal, que se celebró con la presencia del Papa en la Capilla Redemptoris Mater en el Palacio Apostólico.
El Espíritu Santo es la fuerza misteriosa que empuja a la creación hacia su cumplimiento. El Padre Cantalamessa dijo que la visión bíblica de la función del Espíritu Santo tiene consecuencias prácticas para nuestra teología y vida espiritual.
En cuanto a su aplicación teológica subrayó la participación de los cristianos en el compromiso de respetar y cuidar la creación. Para el cristiano, la ecología no es sólo una necesidad práctica para la supervivencia, o simplemente un problema político y económico, sino que tiene una base teológica, porque la creación es obra del
Espíritu Santo.